El papa Juan Pablo II reivindica una vida más digna para el hombre

El papa Juan Pablo II pidió en su mensaje navideño que el mundo acepte la «gran verdad del hombre» para que la vida pueda ser más humana y más digna.

Desde el balcón central de la basílica vaticana, ante las cámaras de televisión de veintiocho países del mundo, el Papa pidió ayer «a los pueblos, a las naciones, a los regímenes, a los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales» que acepten la plena verdad del hombre y su misterio y se esfuercen para que la vida de los hombres, en sus diversos aspectos, sea «más humana, más digna del hombre».Juan Pablo II manifestó también que ...

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El papa Juan Pablo II pidió en su mensaje navideño que el mundo acepte la «gran verdad del hombre» para que la vida pueda ser más humana y más digna.

Desde el balcón central de la basílica vaticana, ante las cámaras de televisión de veintiocho países del mundo, el Papa pidió ayer «a los pueblos, a las naciones, a los regímenes, a los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales» que acepten la plena verdad del hombre y su misterio y se esfuercen para que la vida de los hombres, en sus diversos aspectos, sea «más humana, más digna del hombre».Juan Pablo II manifestó también que «el hombre es único e irrepetible», y subrayó que Dios asegura al hombre lo que no le pueden asegurar las estadísticas humanas, las catalogaciones y los sistemas políticos, económicos y sociales.

Al final de su mensaje, el Pontífice polaco invitó a rezar por la paz y recordó que el próximo día 1 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Paz.

En la homilía pronunciada en la misa de Nochebuena, que ofició en el altar de la confesión de la basílica de San Pedro, recordó a los que sufren injusticias, hambre, crueldad, miseria y desprecio de sus derechos y exhortó a reflexionar sobre la falta de hospitalidad del hombre respecto de Dios.

«Debemos pensar esta noche -dijo el Papa- en todos los hombres que caen víctimas de la humana inhumanidad, de la crueldad, del desprecio de todos los derechos objetivos.»

Exhortó también a recordar «a quienes no les está permitido participar esta noche de la liturgia del nacimiento de Dios y que no tienen un sacerdote que pueda celebrar misa». Otro tanto hizo con «aquellos cuyas almas están no menos atormentadas que su propia fe».

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