Gigantesca operación antiterrorista en Londres

Londres es desde ayer el mayor escenario de la mayor operación antiterrorista jamás montada. Una zona de veinticinco kilómetros cuadrados en el suroeste de Londres fue acordonada por la policía, tras ser localizado en ella el automóvil alquilado en el que se cree que viajaba el comando del IRA responsable de la colocación de las bombas que explosionaron el lunes en la capital británica.

Desde este coche se disparó en la madrugada de ayer contra una patrulla policial que le dio el alto en Surrey, en la periferia londinense, donde, a la hora de redactar esta información, convergen centena...

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Londres es desde ayer el mayor escenario de la mayor operación antiterrorista jamás montada. Una zona de veinticinco kilómetros cuadrados en el suroeste de Londres fue acordonada por la policía, tras ser localizado en ella el automóvil alquilado en el que se cree que viajaba el comando del IRA responsable de la colocación de las bombas que explosionaron el lunes en la capital británica.

Desde este coche se disparó en la madrugada de ayer contra una patrulla policial que le dio el alto en Surrey, en la periferia londinense, donde, a la hora de redactar esta información, convergen centenares de policías, muchos de ellos armados y ayudados por perros. Las carreteras han sido bloqueadas y dos helicópteros del Ejército colaboran en el rastreo del terreno. Scotland Yard supone que al menos dos de los miembros del IRA provisional que organizaron los atentados de Londres permanecen en la zona «sellada», dada la rapidez con que se ha montado el dispositivo policial.Veintidos mil policías han visto cancelados sus permisos navideños y ampliados sus turnos de trabajo hasta a doce horas consecutivas. En la zona comercial de la ciudad, 2.000 hombres, en su mayoría armados y muchos de paisano, han establecido un auténtico cinturón de seguridad, del que forma parte la autorización para interceptar a cualquier automóvil o peatón sospechoso.

Los transportes y aparcamientos públicos son estrechamente vigilados y se ha desatado una psicosis de «objeto sospechoso», que motiva registros y desalojos inesperados. El ruido de las sirenas, junto con el intenso frío, son hoy las notas distintivas de las calles londinenses.

En el aeropuerto de Heathrow, sesenta soldados armados con rifles de alta velocidad han tomado posiciones. Carros de combate ligeros y vehículos acorazados patrullan, además de la policía, los accesos de las terminales aéreas y, especialmente, la zona donde se alojan los depósitos de combustible.

La «operación santa», este es su nombre de código, seguirá en pie al menos durante esta semana prenavideña, la más febril del ano en movimiento callejero y actividad comercial. Asegurar la tranquilidad de transeúntes, compradores y turistas va a costar al erario público más de cien millones de pesetas, según las primeras estimaciones.

Amenaza del IRA

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Similares precauciones, en escala reducida, han sido adoptadas en Irlanda del Norte, sobre todo en Belfast, donde el martes murió un soldado por los disparos de un francotirador, y siete personas resultaron heridas, una gravísimamente, al hacer explosión una bomba colocada en el interior de un automóvil abandonado.En el comunicado en que se atribuye la responsabilidad de los últimos atentados en el Ulster y en Inglaterra, el IRA provisional amenaza con llevar a cabo acciones decididamente sangrientas si se toman represalias contra sus miembros encarcelados en el penal de Maze, en Belfast. Los «provisionales» afirman que sus objetivos y el momento de sus acciones son ahora deliberadamente elegidos para no causar víctimas civiles, pero «advertimos que ajustaremos nuestros futuros ataques a la actuación de los soldados y la Administración británica en la Irlanda ocupada».

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