Nuevo edificio de quince plantas, amparado en una ordenanza desfasada

Un nuevo bloque de quince plantas de altura se encuentra en construcción a la altura del 128 de la calle de General Mola, amparado en una ordenanza que permite legalmente una concentración de volumen edificable calificado desde varios sectores, profesionales y simplemente ciudadanos, de monstruosa. El solar donde se levanta el edificio fue vendido, al parecer, a la constructora Fábregas por el Ministerio de Obras Públicas, con lo que se habría fa vorecido la especulación del suelo, precisamente desde los organismos llamados a controlarla.La mayoría de los terrenos de la zona fueron expr...

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Un nuevo bloque de quince plantas de altura se encuentra en construcción a la altura del 128 de la calle de General Mola, amparado en una ordenanza que permite legalmente una concentración de volumen edificable calificado desde varios sectores, profesionales y simplemente ciudadanos, de monstruosa. El solar donde se levanta el edificio fue vendido, al parecer, a la constructora Fábregas por el Ministerio de Obras Públicas, con lo que se habría fa vorecido la especulación del suelo, precisamente desde los organismos llamados a controlarla.La mayoría de los terrenos de la zona fueron expropiados hace años por el Ministerio citado, que en principio los iba a destinar a la construcción de un importante nudo ferroviario. Este nudo se ha instalado hoy en Chamartín, y los terrenos en cuestión se están vendiendo ahora a empresas privadas. En el momento de redactar esta in formación la Gerencia Municipal de Urbanismo no pudo aclararnos si la licencia de construcción protege o no efectivamente la elevación de las quince plantas aludidas.

Todo el sector de la prolongación de General Mola se ha convertido en una de las zonas de mayor concentración de volumen de Madrid, para lo que ha habido que desplazar previamente las colonias de casitas bajas, o simples descampados existentes. La flexibilidad en las condiciones de construcción son parejas a las promulgadas por la famosa ley Castellana, instrumento por el que se terciarizó todo el eje de la Castellana con monstruos urbanísticos como el de Azca y los numerosos rascacielos de hasta más de veinte plantas.

En este caso, el edificio de General Mola 128 está limitado por otros dos de ocho plantas. Las normas de edificación de la zona exigen simplemente que la distancia entre bloques sea la cuarta parte de la altura de los edificios colindantes.

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