Octubre, primer mes de descenso de reservas

Por primera vez desde el pasado mes de diciembre, las reservas españolas de oro y divisas han experImentado un descenso, aunque de escasa cuantía. En octubre pasado, las reservas exteriores españolas disminuyeron en 43,2 millones de dólares, situándose a finales de dicho mes en 9.594,9 millones de dólares. En octubre del pasado año, las reservas exteriores españolas aumentaron en 165,2 millones de dólares.Desde primeros de año, el crecimiento de las reservas ha sido de 3.462,5 millones de dólares.

Fuentes solventes han manifestado a EL PAÍS que este descenso se debe en buena medida al p...

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Por primera vez desde el pasado mes de diciembre, las reservas españolas de oro y divisas han experImentado un descenso, aunque de escasa cuantía. En octubre pasado, las reservas exteriores españolas disminuyeron en 43,2 millones de dólares, situándose a finales de dicho mes en 9.594,9 millones de dólares. En octubre del pasado año, las reservas exteriores españolas aumentaron en 165,2 millones de dólares.Desde primeros de año, el crecimiento de las reservas ha sido de 3.462,5 millones de dólares.

Fuentes solventes han manifestado a EL PAÍS que este descenso se debe en buena medida al pago de una de las partidas del crédito de los mil millones de dólares concertado en el rano de 1976.

Las mismas fuentes han manifestado que en los días transcurridos del mes en curso, la balanza de pagos española está registrando déficit continuados a consecuencia tanto de la mayor fortaleza del dólar como por el adelanto en la devolución de algunos créditos internacionales suscritos por nuestro país. Otra de las razones que ha motivado el cambio de tendencia en la situación de los pagos exteriores del país tiene su origen en la reciente crisis iraní, que ha forzado en algunos casos compras de petróleo en cantidades superiores a las habituales, ante eventuales situaciones de escasez derivadas no sólo de la crisis iraní, sino del previsible encarecimiento de los crudos que podría operarse a partir de la «cumbre» de los países exportadores a mediados de diciembre.

El efecto contractivo del sector exterior provocará en estos dos últimos meses del año un efecto estimulante sobre la evolución del crédito privado, ya que el control de las disponibilidades líquidas se ha apoyado durante todo el año, básicamente, en la reducción de actividad crediticia al sector privado. Si esta situación se prolonga hasta finales de año, la financiación privada podrá experimentar un ligero alivio, permitiendo una mayor canalización de recursos financieros hacia las empresas.

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