Parece aún inseguro el apoyo del Parlamento al nuevo Gobierno portugués

Dado por «prácticamente asegurado» hace unos días el respaldo al futuro Gobierno Mota Pinto por el Parlamento, empieza ahora a suscitar algunas dudas el Lisboa, a medida que van siendo conocidos los nombres de los futuros ministros.

El Partido Socialista, que dispone de la mayor representación parlamentaria, ha anunciado desde el primer momento su decisión de no obstruir, desde la oposición, la entrada en funciones del nuevo Ejecutivo. Todo parecía caminar así hacia una solución del tipo que permitió la formación del primer Gobierno Soares, con los diputados limitándose a discutir e...

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Dado por «prácticamente asegurado» hace unos días el respaldo al futuro Gobierno Mota Pinto por el Parlamento, empieza ahora a suscitar algunas dudas el Lisboa, a medida que van siendo conocidos los nombres de los futuros ministros.

El Partido Socialista, que dispone de la mayor representación parlamentaria, ha anunciado desde el primer momento su decisión de no obstruir, desde la oposición, la entrada en funciones del nuevo Ejecutivo. Todo parecía caminar así hacia una solución del tipo que permitió la formación del primer Gobierno Soares, con los diputados limitándose a discutir el programa, sin provocar una votación de confianza que el Gobierno no está obligado a solicitar.Pero está tomando cuerpo el rumor según el cual el Partido Comunista -después de haber preparado el terreno con las movilizaciones sociales de los últimos días- se decidiría: a presentar una moción de rechazo. El hecho colocaría al Partido Socialista en una posición muy delicada. Varios, hombres del nuevo elenco ministerial son considerados «inaceptables» por el partido de Mario Soares. Este es el caso de Vaz Portugal y su equipo del Ministerio de Agricultura, vivamente criticado por su reciente acción en la zona de la reforma agraria. Los socialistas no pueden tampoco ver con buenos ojos la instalación de Proenca de Carvalho -un socialdemócrata que fue director de Jornal Novo- a la cabeza del Ministerio de Información, que Mario Soares transformó en simple secretaría de Estado, bajo el control directo de la Presidencia del Consejo.

En caso de una moción comunista, ¿optarán los socialistas por apoyarla o por una abstención, que equivaldría a respaldar al Gobierno? La suerte del futuro Gabinete depende de esta decisión, la cual, a su vez, será probablemente influenciada por el resultado de las elecciones del próximo domingo en Evora. Todos los estados mayores políticos centran ahora sus esfuerzos en esta ciudad de 50.000 habitantes, en el corazón del Alentejo, y de la reforma agraria. Más que los votos que conseguirán los comunistas -cuya victoria no parece estar en duda- se trata de conocer los resultados relativos de los socialistas y de los socialdemócratas. Si estos últimos logran adelantarse a los socialistas, o si más aún, consiguen desbaratar la «mayoría de izquierda», los partidarios de la «apertura a la derecha» obtendrán un nuevo e importante punto en el seno del PS.

Entre tanto, en su conferencia de prensa de ayer en Lon dres, el presidente Eanes ha alejado la perspectiva de una disolución del Parlamento en caso de fracaso de Mota Pinto (que sigue considerando poco probable). Si el Parlamento re chaza este Gobierno, el presi dente formará otro Gabinete, en cargado exclusivamente de preparar las elecciones.

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