Treinta y cinco mil personas en la manisfetación convolca por el PNV

Treinta y cinco mil personas se manifestaron ayer por las calles de Bilbao, en silencio y completo orden, convocadas por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), tras la consigna «Por una Euskadi libre y en paz», para hacer público su rechazo a todo tipo de violencia y reivindicar una solución política al problema vasco. Simultaneamente, numerosos grupos de personas intentaron concentrarse en otro punto de la ciudad convocados por la izquierda abertzal, sin que pudieran llegar a manifestarse bajo la consigna «Por los gudaris de ayer y hoy», ante el numeroso contingente de Policía Armada. Tanto en ...

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Treinta y cinco mil personas se manifestaron ayer por las calles de Bilbao, en silencio y completo orden, convocadas por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), tras la consigna «Por una Euskadi libre y en paz», para hacer público su rechazo a todo tipo de violencia y reivindicar una solución política al problema vasco. Simultaneamente, numerosos grupos de personas intentaron concentrarse en otro punto de la ciudad convocados por la izquierda abertzal, sin que pudieran llegar a manifestarse bajo la consigna «Por los gudaris de ayer y hoy», ante el numeroso contingente de Policía Armada. Tanto en Bilbao como en San Sebastián -donde los abertzales habían convocado otra manifestación- se produjeron numerosos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden. Los redactores de nuestra delegación en el País Vasco -Javier Angulo, Jesús Ceberio, Antonio González y Fermín Goñi- informan de la jornada.

A la hora prevista -5.30 de la tarde-, la manifestación convocada por el PNV comenzó a moverse, presidida por una enorme ikurriña llevada por un militante nacionalista. Inmediatamente detrás, los líderes políticos de los partidos convocantes sostenían una pancarta en la que, en euskera y castellano, se leía: «Por una Euskadi libre y en paz». Unos metros detrás se habían colocado los parlamentarios Enrique Múgica, Xabier Arzallus, Manuel de Irujo, Txiki Benegas, así como todos los dirigentes del PNV y otros del PSOE. PCE, ORT, PTE y EKA.La manifestación, en absoluto silencio, avanzó lentamente por la avenida de José Antonio, según el recorrido previsto. La gran columna humana estaba formada por unas 35.000 personas, en su gran mayoría militantes del PNV, que ocupaban casi las tres cuartas partes de la manifestación. Hacia el final de la comitiva iba un grupo pequeño de militantes del PSOE y ORT. y cerrando la marcha se habían colocado los afiliados al PTE, formando un grupo de unas 7.000 personas.

Al llegar la manifestación a la calle Gregorio Balparda, y a la vista de las noticias que iban llegando sobre enfrentamientos de grupos de personas con fuerzas de la Policía Armada en las proximidades de la plaza de Zabálburu, se dio la orden de torcer hacia la calle Doctor Areilza, para evitar algunas zonas en las que podía haber enfrentamientos entre los asistentes a las dos manifestaciones. Sin embargo. nada más comenzar a bajar por Doctor Areilza, cinco números de la Policía Armada formaron un cordón, impidiendo que la cabeza de la manifestación siguiera hacia adelante. El presidente del PNV, Carlos Garaicoechea, se dirigió al cabo de la Policía Armada para informarle de que se habían desviado del recorrido previsto para evitar posibles choques. En un primer momento, el cabo de la Policía Armada insistió, en que la manífestación debía disolverse, ya que el recorrido por Doctor Areilza no estaba autorizado. En medio de una gran tensión, los diputados socialistas Enrique Múgica y Txiki Benegas, se acercaron hasta el jeep de la Policía Armada, acreditándose como parlamentarios, y solicitaron hablar con el gobernador civil de Vizcaya, Luis Alberto Salazar, para que autorizase la variación en el recorrido. Txiki Benegas, desde un jeep policial, se comunicó con el gobernador, mientras Enrique Múgica, en un teléfono público de un bar cercano, lo hacía con el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa. Después de unos breves minutos, con la manifestación paralizada-y una evidente tensión entre todas las personas que la encabezaban. llegó la orden a la policía de que se autorizase el cambio en el recorrido. El servicio de orden de la manifestación, compuesto por 1,500 ertzainas (militantes del PNV), inició de nuevo la marcha cuando se había hecho de noche, y después de haber permanecido parados más de media hora. Dolores Ibárruri, presidenta del PCE, no pudo apoyar a los manifestantes. a los que esperaba en un balcón de la calle Balparda, antes de que variase el itinerario.

Mientras llegaban noticias de que-las compañías antidisturbios de la Policía Armada estaban disolviendo pequeños grupos en otros puntos de la ciudad, la manifestación del PNV se dirigió hasta la plaza del Sagrado Corazón, de donde había salido. Allí, Txomín Zuluaga, secretario general de HASI, junto con otras tres personas, se dirigió a Juan José Pujana, miembro del Consejo, General Vasco y dirigentes del PNV, informándoles de que la manifestación de Herri Batasuna no se había podido celebrar por impedirlo la Policía Armada y que en los diversos enfrentamientos se habían reaistrado tres heridos. Zuluaga, visiblemente nervioso, le pidió a Pujana que Finalizara la manifestación, «para no dividir todavía más a nuestro pueblo».

Una vez que la pancarta de cabeza pasó por la plaza, la manifestación se paró. Un grupo de personas comenzó a cantar el Gora ta Gora Euskadi, así como el Gernikako Arbola. Después de que se gritara tres veces «Gora Euskadi Askatuta» («Viva Euskadi Libre»), la manifestación se disolvió. Entre grandes aplausos y gritos de «Irujo, irujo», referidos al senador por Navarra del PNV. los dirigentes de este partido, acompañados por los representantes del PSOE. PCE, EKA (Partido Carlista), PTE y ORT, se dirigieron hasta un hotel cercano, en donde una gran cantidad de personas estuvo aplaudiendo durante largo rato.

Finalizada la manifestación, y mientras llegaban noticias de los enfrentamientos entre grupos de personas y fuerzas antidisturbios de la Policía Armada, que se estaban generalizando por Bilbao, Carlos Garaicoechea señaló a EL PAÍS que «la manifestación ha transcurrido en orden, a pesar de que ha sido necesario desviarla para que no hubiera más tensión de la ya existente. Creemos que ha sido un éxito, y que la gente ha respondido según lo previsto. No tengo noticias con respecto a la manifestación convocada por Herri Batasuna, aunque sabemos que la Policía Armada ha impedido cualquier concentración. A nosotros nos hubiera gustado que se hubiese autorizado, porque entendemos que todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones. Ha habido momentos de tensión, que se han superado, porque nuestra manifestación, pacífica y silenciosa, no había sido convocada para enfrentar al pueblo, sino para expresar unas convicciones profundas. Creemos que es posible una Euskadi libre y en paz, y a partir de ahora hay que ponerse a trabajar por ese objetivo. Hemos decidido cambiar el itinerario, cuando ya se había iniciado la marcha, como un gesto de prudencia lógica. Preferíamos eso que cualquier tipo de enfrentamiento mínimo. Para nosotros, el objetivo está cumplido. Sentimos que la Policía Armada haya reprimido con tanta dureza. Todo se podía haber evitado con algo de tolerancia por parte gubernamental».

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