Carlos Mota Pinto, virtual primer ministro portugués
Carlos Mota Pinto será probablemente la persona encargada de formar el nuevo Gobierno portugés. Después de la aceptación por los socialistas y los demócrata-cristianos de una personalidad del sector socialdemócrata -aunque no perteneciente al partido-, como futuro primer ministro, han aumentado los pronósticos a favor de Mota, ex ministro de Comercio del primer Gobierno Soares.La decisión final será comunicada mañana, lunes, por el presidente Eanes, que habrá recibido durante la tarde los partidos representados en el Parlamento.
El aumento del precio de los combustibles líquidos habrá s...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Carlos Mota Pinto será probablemente la persona encargada de formar el nuevo Gobierno portugés. Después de la aceptación por los socialistas y los demócrata-cristianos de una personalidad del sector socialdemócrata -aunque no perteneciente al partido-, como futuro primer ministro, han aumentado los pronósticos a favor de Mota, ex ministro de Comercio del primer Gobierno Soares.La decisión final será comunicada mañana, lunes, por el presidente Eanes, que habrá recibido durante la tarde los partidos representados en el Parlamento.
El aumento del precio de los combustibles líquidos habrá sido entonces la última decisión importante del Gobierno Nobre da Costa. La medida es considerada como económicamente discutible y políticamente desestabilizadora, e incluye un aumento del 20%, sobre el precio de la gasolina, y 30% sobre el gasóleo.
El Gobierno se justifica por la necesidad de procurar nuevas recetas para el fondo de abastecimiento, destinado a sostener el precio de los productos de primera necesidad.
Sería dificil granjear en tan poco tiempo tanta impopularidad como la que ha conseguido Nobre da Costa en un mes. Después de escandalizar a la izquierda con su intervención en la zona de reforma agraria y devolver varias empresas a sus antiguos dueños, acaba de levantar contra él a la pequeña burguesía ciudadana y a los pequeños y medios comerciantes e industriales.
Si Nobre da Costa no se sucede a sí mismo el lunes como parece hoy estar seguro, legará a su sucesor una carga de descontento popular que complicará seriamente la existencia del próximo Gobierno.