La Iglesia y el padre Vicente
En el diario de ayer, martes, se contiene el siguiente párrafo: «El profesor Ferrando conminó a la Iglesia católica a pronunciarse sobre el filme en el transcurso de su intervención en el acto valencianista del Parterre» (p. 32, Gente). Hace referencia a la protesta que cien valencianos han hecho en. la noche del sábado, encerrándose en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, contra la película de Carles Mira La portentosa vida del padre Vicente.
La Iglesia no debe pronunciarse sobre una figura histórica cuya actividad tuvo clarísimas connotaciones políticas en su tiempo, ...
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En el diario de ayer, martes, se contiene el siguiente párrafo: «El profesor Ferrando conminó a la Iglesia católica a pronunciarse sobre el filme en el transcurso de su intervención en el acto valencianista del Parterre» (p. 32, Gente). Hace referencia a la protesta que cien valencianos han hecho en. la noche del sábado, encerrándose en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, contra la película de Carles Mira La portentosa vida del padre Vicente.
La Iglesia no debe pronunciarse sobre una figura histórica cuya actividad tuvo clarísimas connotaciones políticas en su tiempo, y que en el momento actual tiene aplicaciones concretas como símbolo de luchas políticas en el país valenciano. La Iglesia, además, puede carecer de los saberes profanos precisos para conocer la compleja épocaque le tocó vivir al santo.
Si se considera ofendida la imagen del santo por la película es evidente que los que pretendan excluirla del tráfico cinematográfico pueden interponer la oportuna dernanda, para que los jueces ordenen la retirada de la película. Pero no aplicar medidas censoriales, que debieran estar absolutamente excluidas después de la implantación de la democracia en España. El artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos cubre el derecho a la libre creación artística.
Polemizar sobre la figura del santo puede dar lugar a descubrir fiacetas perfectamente documeritaclas por los historiadores -Américo Castro, y Sánchez Albornoz, en la Realidad histórica de España y España, un enigma histórico, respectivamente-, que le hacen ínductorde las primeras persecuciones legales de los judíos en España -ordenanza de Catalina de Lancaster contra los judíos en Castilla, inspiriada en una ordenanza murciana, fruto de la predicación del santo-. Mejor no meneallo.
Por lo demás, me consta la buena fé del profesor Ferrarildo Badía intentando mediar en una dolorosa polémica.