PREAUTONOMÍAS

El senador de UCD Luis Ramallo, presidente de la Junta de Extremadura

Luis Ramallo, senador de UCD por Badajoz, ha sido elegido presidente de la Junta de Extremadura en la reunión que ésta celebró ayer en la ciudad de Almendralejo. Una reunión que estuvo marcada como su anterior, la de Trujillo, por la tensión y absoluta disparidad de criterios sobre la persona que había de encabezar la Junta.

Los votos de su propio partido le han valido a Luis Ramallo, para ser nombrado presidente, aunque todavía no podrá hablarse de la elección como definitiva, puesto que el senador por Izquierda Democrática (ID) Alfonso Moreno de Acevedo está dispuesto a impugnar l...

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Luis Ramallo, senador de UCD por Badajoz, ha sido elegido presidente de la Junta de Extremadura en la reunión que ésta celebró ayer en la ciudad de Almendralejo. Una reunión que estuvo marcada como su anterior, la de Trujillo, por la tensión y absoluta disparidad de criterios sobre la persona que había de encabezar la Junta.

Los votos de su propio partido le han valido a Luis Ramallo, para ser nombrado presidente, aunque todavía no podrá hablarse de la elección como definitiva, puesto que el senador por Izquierda Democrática (ID) Alfonso Moreno de Acevedo está dispuesto a impugnar los acuerdos tomados en las reuniones de Trujillo y en esta de Almendralejo. Las razones de esta impugnación las basa Moreno de Acevedo en la no existencia legal de la Junta de Extremaudra al no haber sido firmada el acta constitutiva de la misma y, por tanto, la elección del presidente que la propia Junta había de decidir según su criterio tampoco es válida.Sólo esto puede describir el ambiente que reinaba en la reunión de Almendralejo, a la que asistieron todos los miembros de la Junta, a excepción de Pablo Castellano, quien no asistió al parecer por un defecto de convocatoria. A la una de la tarde, con la previa lectura del acta de la sesión anterior, comenzó la sesión, que durante quince minutos se detuvo en la elección de presidente y secretario de la reunión, funciones que recayeron en los presidentes de las diputaciones de Badajoz y Cáceres.

El primer incidente no tardaría en surgir cuando Moreno de Acevedo anunció que en la sesión estaba presente un notario que a su requerimiento levantaría acta de cuanto allí sucediera y para dar fe, al mismo tiempo, de la inexistencia de la Junta, al no existir un acta de constitución. La presencia del notario provocó la indignación de los miembros de UCD, quienes se negaron a que el notario permaneciera en la sala y mucho menos que leyera el requerimiento de Moreno de Acevedo en el que se interpelaba a varios miembros de la Junta sobre si en la reunión de Trujillo había sido o no nombrada tal Junta. Los dos representantes socialistas apoyaron la iniciativa de Moreno de Acevedo. No obstante, los centristas consiguieron su objetivo y el notario abandonó la sala sin leer el requerimiento. Surgieron entonces ataques frontales de los socialistas y de Moreno de Acevedo hacia los miembros de UCD, a quienes tacharon de hombres sin honor y pusieron en duda su honestidad política.

Zanjado este incidente, se pasó al inexistente orden del día, que hubo de ser redactado sobre la marcha, de forma que quedó concretado en un único punto: la elección del presidente; esto ocurrió una hora después de iniciada la reunión.

Oposición de ID y PSOE

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Moreno de Acevedo decidió abandonar la reunión, pero a instancias del presidente de la sesión y de los socialistas volvió medio convencido. Ocupó su escaño pronunciando las palabras de Cela: estoy, pero no estoy.Cansinos Riogo, senador del PSOE por Badajoz, quemó el último cartucho socialista en un intento de convencer a los de UCD de la conveniencia de que Hernández Gil fuera presidente. Explicó cómo se fraguó el proyecto de elegirlo y pormenorizó los detalles de la retirada del apoyo a Hernández Gil por parte de UCD. La justificación centrista argumentó que Hernández Gil era asunto pasado y que el presidente tenía que ser otro.

Los miembros de UCD propusieron entonces a Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, subsecretario de Justicia. Los socialistas decidieron no participar en la votación y se mezclaron con el público que asistía expectante a los debates. Varios fueron los intentos del presidente de convencerles para que reconsideraran su actitud.

Se votó, a Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, quien obtuvo seis votos a favor y las dos abstenciones de los presidentes de Diputación. El de la de Badajoz explicó su abstención diciendo que la votación era absurda, puesto que, según el decreto, para elegir al presidente, si no es parlamentario, se exigía unanimidad de la Junta, lo que era evidente que no existía. Coincidieron en ello también los representantes de UCD, quienes propusieron entonces al senador Luis Ramallo. Nueva votación y nueva ausencia indignada de los socialistas. Moreno de Acevedo abandonó la sala porque no quería presenciar el acceso a la presidencia del testaferro, de Sánchez de León.

Era obvio que la votación había de dar la victoria al senador Ramallo, al que le bastaron los votos de los miembros de su partido para conseguir la presidencia.

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