Tarradellas podría demorar las transferencias de las diputaciones a la Generalidad

Dos miembros del Gobierno autónomo catalán expresaron a EL PAÍS su temor ante la posibilidad de que el presidente de la Generalidad pudiera llevar a cabo un nuevo intento de retraso de las transferencias de los servicios de las diputaciones a la institución preautonómica catalana.Una de las bases del temor parte del hecho que la referencia oficial de la última reunión del Consejo de la Generalidad no se informara de que se había llegado a un acuerdo sobre el inmediato traspaso de los servicios de las cuatro diputaciones catalanas. Ello pese a que, según indicaron ambas fuentes, el Consejo ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dos miembros del Gobierno autónomo catalán expresaron a EL PAÍS su temor ante la posibilidad de que el presidente de la Generalidad pudiera llevar a cabo un nuevo intento de retraso de las transferencias de los servicios de las diputaciones a la institución preautonómica catalana.Una de las bases del temor parte del hecho que la referencia oficial de la última reunión del Consejo de la Generalidad no se informara de que se había llegado a un acuerdo sobre el inmediato traspaso de los servicios de las cuatro diputaciones catalanas. Ello pese a que, según indicaron ambas fuentes, el Consejo había adoptado un acuerdo formal en este sentido, impuesto por el criterio coincidente de todos los consejeros, quienes vencieron la oposición inicial del presidente. El acuerdo indicaba que no era preciso que las diputaciones franquistas dieran el visto bueno a los traspasos.

Las dos fuentes citadas añadieron que Tarradellas puede intentar, en la entrevista que mantendrá hoy con Martín Villa, buscar nuevas dilaciones. Finalmente, las fuentes manifestaron temer que los servicios transferidos no vayan a parar directamente -como era esperado- a los diferentes departamentos de la Generalidad, sino a la secretaría general de la misma.

Esta diferencia es básica por cuanto que los departamentos de la Generalidad están, en su mayoría, en manos de representantes de los partidos parlamentarios, mientras que la secretaría general está dirigida por colaboradores personales de Tarradellas.

En todo caso, continúa estando muy claro que un funcionamiento normal de la Generalidad y una desaparición de las diputaciones representará un duro golpe para la actual preeminencia personal de Tarradellas. En efecto, en la medida en que los problemas pierdan carácter, superestructural y político -en el sentido más estricto de la palabra-, para pasar a ser político-administrativos y técnicos, la capacidad de intervención de Tarradellas disminuirá profundamente en beneficio de los consejeros, es decir, de los partidos parlamentarios.

El hecho que Tarradellas sea consciente de la validez de esta argumentación lleva a los consejeros de la Generalidad a temer que la desaparición de los escollos que periódicamente coloca Tarradellas en el proceso de transferencias implique inmediata y necesariamente la aparición de otros nuevos, de idéntico origen.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En