Cartas al director

Competencia ilógica

Hace unos días me personé en el Ayuntamiento para quejarme de que a escasos metros de mi establecimiento han autorizado a unos extranjeros el instalar una gran mesa llena de bisutería y artículos que me tienen paralizadas las ventas de mi negocio, por ser estos artículos los mismos que tenemos expuestos en nuestro escaparate. El señor alcalde no me recibió, ignoro el motivo, ya que era mi deseo hablar con él. Lo hizo el jefe de la Policía Municipal, que me dijo textualmente: «Tienen permiso municipal». Le contesté que injusto permiso, ya que en el comercio de esta zona pasamos unos inviernos d...

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Hace unos días me personé en el Ayuntamiento para quejarme de que a escasos metros de mi establecimiento han autorizado a unos extranjeros el instalar una gran mesa llena de bisutería y artículos que me tienen paralizadas las ventas de mi negocio, por ser estos artículos los mismos que tenemos expuestos en nuestro escaparate. El señor alcalde no me recibió, ignoro el motivo, ya que era mi deseo hablar con él. Lo hizo el jefe de la Policía Municipal, que me dijo textualmente: «Tienen permiso municipal». Le contesté que injusto permiso, ya que en el comercio de esta zona pasamos unos inviernos donde días y días no nos estrenamos, esperando esos meses de verano para ganarnos unas pesetas; que nuestros pequenos negocios pagan al Ayuntamiento impuestos por varios conceptos: escaparates, basura, etcétera. También la obligada licencia fiscal, los impuestos de lujo, tráfico de empresas, cuotas de beneficios... Me parece muy bien que los extranjeros vengan a tomar el Sol, se gasten sus divisas, que falta siempre nos están haciendo, y que se compren incluso un bonito apartamento. Pero que nos hagan la competencia en nuestros negocios, ni hablar. Pregunte, pregunte, señor alcalde, qué nos pasa a los españoles cuando pasamos los Pirineos. Ustedes comprendieron mi enfado y mandaron quitar el referido negocio, pero dos días más tarde autorizaron otro. Esto no es serio, señor alcalde.

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