Los expertos consideran posible que el oro siga subiendo de precio

El ciudadano que, con permiso de la ley, se hubiese comprado cinco lingotes de oro de un kilo cada uno, por valor de 2.25 millones de pesetas, el día 3 de julio pasado, y los hubiera conservado hasta el día 1 de agosto, para venderlos entonces, se había embolsado, sin más que cambiar de mano la mercancía, algo más de 300.000 pesetas de beneficios, operando a los precios del mercado londinense. El día 3 de julio el precio del oro era de 183 dólares por onza, mientras que el martes, 1 de agosto, se había situado a 207,50 dólares por onza, tras haber roto la tópica «barrera psicológica» de los do...

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El ciudadano que, con permiso de la ley, se hubiese comprado cinco lingotes de oro de un kilo cada uno, por valor de 2.25 millones de pesetas, el día 3 de julio pasado, y los hubiera conservado hasta el día 1 de agosto, para venderlos entonces, se había embolsado, sin más que cambiar de mano la mercancía, algo más de 300.000 pesetas de beneficios, operando a los precios del mercado londinense. El día 3 de julio el precio del oro era de 183 dólares por onza, mientras que el martes, 1 de agosto, se había situado a 207,50 dólares por onza, tras haber roto la tópica «barrera psicológica» de los doscientos dólares el viernes, 28 de julio. En los días posteriores al primero de agosto los precios bajaron sin llegar a la cota de los 200 dólares. La pregunta que se hace en el mercado es: ¿hasta cuándo durará la subida?

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COMTELSAUno de los más prestigiosos expertos londinenses señala que, a corto plazo, puede esperarse «una consolidación de los precios, a sus actuales niveles para, posiblemente, entrar después en .una nueva fase alcista, una vez que pase el verano, como consecuencia de un aumento de la demanda por parte de los joyeros y orfebres». Otro de estos especialistas abundaba en la misma opinión, indicando también que el hecho de que en la subasta que el Fondo Monetario Internacional celebró la semana pasada se llegase a los 203,50 dólares por onza, revela que hay buena demanda, y que es muy dificil que el precio baje a corto plazo a menos que el dólar experimente una insólita recuperación.

Un tercer «analista», londinense, como los anteriores, señalaba asimismo que, si bien es cierto que en el verano suele flojear la demanda del sector de joyería -aunque en este verano concreto esta circunstancia haya quedado de sobra compensada por el incremento de la demanda para cobertura contra las vicisitudes monetarias-, es más que probable que el precio se mantenga por ahora entre los doscientos y los 205 dólares, para seguir subiendo nuevamente una vez cubierto el período de vacaciones.

Y todavía otro factor: en 1974, cuando se alcanzó el anterior «récord» del oro de 197,75 dólares por onza, la proporción de los suministros disponibles que se destinaban a joyería era del 59%, mientras que en 1977, se dedicó a joyería y usos industriales un 86%.

Por tanto, hay menos oro disponi6le para inversión, y ello puede motivar una tendencia de firmeza en los mercados.

No todos los expertos son, sin embargo, de la misma opinión. Una firma alemana especializada en este comercio, afirma: «el precio podría seguir subiendo, empujado por una corriente especulativa, pero.... antes o después tiene que haber una reacción técnicá. Por otra parte -añaden-, los joyeros necesitan algún tiempo para acostumbrarse a los nuevos precios.

Otra conocida firma británica, extrema su cautela advirtiendo que «en las presentes circunstancias todo vaticinio es peligroso. De todos modos, el reciente avance hacia niveles "récord" debe mirarse con extremada prudencia». Y refuerza esta actitud, señalando que no debe olvidarse que en un entorno tan nervioso como el actual cualquier acción o simple enunciado por parte de las autoridades estadounidenses en el sentido de que pueden adoptar medidas en defensa de su balanza de pagos podría ser motivo suficiente para generar una espectacular involución en el precio del oro.

Finalmente, está la cuestión de los suministros disponibles. En este sentido, los últimos informes coinciden en señalar que no parece probable que Suráfrica o la URSS vayan a lanzar cantidades importantes al mercaáo en un futuro cercano, con la consiguiente perturbación en los precios.

La conclusión dominante es que, por el momento, los precios se van a mantener y, sin tardar mucho, van a volver a subir.

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