Cartas al director

Un editorial de EL PAIS

«El derecho de nacer» es el título del editorial de EL PAIS de fecha 28 de julio de los corrientes.Junto a opiniones aceptables o respetables en dicho editorial, nos asiste el derecho a señalar afirmaciones que aparecen como contradictorias.

En dicho editorial se quiere oponer al Vaticano II cuando indica al amor conyugal como fin esencial del matrimonio con el hecho mal llamado del bebé probeta, al que maravillados acabamos de asistir. No entendemos que este hecho científico se quiere explicar como una separación de la concepción del amor fisico entre los esposos. Cuando,...

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«El derecho de nacer» es el título del editorial de EL PAIS de fecha 28 de julio de los corrientes.Junto a opiniones aceptables o respetables en dicho editorial, nos asiste el derecho a señalar afirmaciones que aparecen como contradictorias.

En dicho editorial se quiere oponer al Vaticano II cuando indica al amor conyugal como fin esencial del matrimonio con el hecho mal llamado del bebé probeta, al que maravillados acabamos de asistir. No entendemos que este hecho científico se quiere explicar como una separación de la concepción del amor fisico entre los esposos. Cuando, precisamente, la gran motivación que ha hecho posible todo este proceso de la ciencia es la ilusión y la voluntad de los padres de superar la esterilidad, y en función de la norma del Génesis al hombre de dominar la Tierra se han utilizado todos los adelantos de la ciencia para que el hombre pueda gobernar los mecanismos de la procreación. Creemos, por tanto, que lejos de oponerse amor de los padres y concepción es todo lo contrario. Si se apela al progreso de la ciencia para corregir la esterilidad es porque los padres lo quieren. y querer es amar; si no mediara esta voluntad, este deseo, este querer o amor, no se intentaría corregir una esterilidad deseada. Aunque no descartamos el hecho de que pueda existir el amor entre esposos sin que se siga la procreación.

Pero a lo que vamos es a la contradicción que parece esconderse en el editorial por lo que acabamos de subrayar, y en lo que opinamos que el mismo editorial nos da la razón cuando acaba su escrito diciendo que la infecundidad mecánica puede ser remediada en nombre del derecho a engendrar voluntariamente la vida. Si se engendra voluntariamente la vida es porque se quiere y se ama esa vida, como fruto de un amor.

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