El alcalde de Madrid entregó las llaves de oro de la ciudad al jefe de Estado francés
El alcalde de Madrid, José Luis Alvarez, entregó ayer al presidente de Francia, Valery Giscard d'Estaing, las llaves de oro de la ciudad de Madrid. El presidente, acompañado de su esposa y séquito, visitó la Casa de la Villa, saludó a la Corporación municipal y compartió un vino de honor en la Alcaldía madrileña, adonde llegó en coche cerrado escoltado por el escuadrón de lanceros de la guardia real.En el salón de sesiones de la Casa de la Villa el alcalde de Madrid pronunció unas palabras de bienvenida al presidente francés, en las que recordó la existencia, en los archivos del Ayuntamiento, ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El alcalde de Madrid, José Luis Alvarez, entregó ayer al presidente de Francia, Valery Giscard d'Estaing, las llaves de oro de la ciudad de Madrid. El presidente, acompañado de su esposa y séquito, visitó la Casa de la Villa, saludó a la Corporación municipal y compartió un vino de honor en la Alcaldía madrileña, adonde llegó en coche cerrado escoltado por el escuadrón de lanceros de la guardia real.En el salón de sesiones de la Casa de la Villa el alcalde de Madrid pronunció unas palabras de bienvenida al presidente francés, en las que recordó la existencia, en los archivos del Ayuntamiento, de los planos de París y de Madrid unidos bajo la leyenda arábiga del sabio Lucman en la que se dice: «Las enemistades no pueden prevalecer contra dos ciudades si sus ciudadanos convienen en el mismo acuerdo.» El alcalde concluyó haciendo votos de prosperidad por las relaciones hispano- francesa y por las de los habitantes de París y Madrid.
Por su parte, Giscard d'Estaing respondió agradeciendo la hospitalidad de la villa «soberbia» de Madrid e hizo un canto a la unidad de la cultura y de la libertad que enmarcan la vida ciudadana. El presidente se refirió, asimismo, a los problemas de expansión, medio ambiente y salvaguardia de los patrimonios de las grandes ciudades y tuvo palabras de amistad para el pueblo de Madrid en el nombre de los fraceses y de los habitantes de París.
La guardia municipal de a caballo rindió homenaje al ilustre visitante a la entrada y salida de la Casa de la Villa.