Cartas al director

Contra el aborto

Señor director: resulta paradójica la afirmación de S. Wendi en su carta pro aborto, dirigida a ese diario, de que las prácticas abortivas caseras perjudican la salud de la madre y la del feto.Naturalmente: la práctica abortiva, sea casera o clínica, tiene como fin el perjudicar la salud del feto hasta su muerte. Y no se puede alegar que es un hecho y que, por tanto, hay que regularlo legalmente, ya que también se cometen otros crímenes, asaltos, violaciones, ,etcétera, y nadie piensa por ahora en establecer un horario adecuado y en designar unas personas determinadas contra las cuales cometer...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Señor director: resulta paradójica la afirmación de S. Wendi en su carta pro aborto, dirigida a ese diario, de que las prácticas abortivas caseras perjudican la salud de la madre y la del feto.Naturalmente: la práctica abortiva, sea casera o clínica, tiene como fin el perjudicar la salud del feto hasta su muerte. Y no se puede alegar que es un hecho y que, por tanto, hay que regularlo legalmente, ya que también se cometen otros crímenes, asaltos, violaciones, ,etcétera, y nadie piensa por ahora en establecer un horario adecuado y en designar unas personas determinadas contra las cuales cometer estos delitos.

¿Quizá avancemos por este camino y lleguemos a proponer la muerte dulce y con todas las garantías clínicas de nuestros ancianos más inservibles, o de las personas menos rentables a la sociedad, por no mencionar aquéllas cuya rentabilidad es negativa?

Eso sí, en principio sería a petición propia y por motivos más o menos serios, para poder pasar luego a hacerlo a petición de los parientes más cercanos, e incluso por orden estatal.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El sentido común y la ley natural nos hacen rechazar estos supuestos, y hasta nos parecen grotescos, porque sabemos que ningún humano, y menos el Estado, amparándolo con sus leyes, tiene poder moral para segar una vida humana inocente, y que ni siquiera una madre puede disponer de la vida de su hijo, aunque éste no mida mas que pocos milímetros.

Archivado En