Los Reyes, en Pekín

Los Reyes terminaron anoche su visita oficial de día y medio de duración a Irán, donde han sido tratados con una cortesía excepcional, un rígido protocolo y un rigurosísimo sistema de seguridad. A primeras horas de la mañana de hoy -madrugada en España- está prevista su llegada al aeropuerto de Pekín.Por dos veces consecutivas negó ayer el ministro español de Asuntos Exteriores que el viaje de Estado de los Reyes a China constituya una opción política frente a la posición de la Unión Soviética y otros países socialistas en el actual panorama internacional, y concretamente en el africano.
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Los Reyes terminaron anoche su visita oficial de día y medio de duración a Irán, donde han sido tratados con una cortesía excepcional, un rígido protocolo y un rigurosísimo sistema de seguridad. A primeras horas de la mañana de hoy -madrugada en España- está prevista su llegada al aeropuerto de Pekín.Por dos veces consecutivas negó ayer el ministro español de Asuntos Exteriores que el viaje de Estado de los Reyes a China constituya una opción política frente a la posición de la Unión Soviética y otros países socialistas en el actual panorama internacional, y concretamente en el africano.

En una rueda de prensa celebrada en Teherán ayer por la tarde, el ministro explicó que las razones del viaje eran fundamentalmente económicas y comerciales, y evadió una pregunta de una periodista iraní sobre el supuesto malestar de Moscú por la visita de don Juan Carlos a Pekín, malestar puesto de relieve en la prensa española. «Pregunte usted a los periodistas de mi país. Hay aquí un centenar de ellos», contestó lacónicamente Marcelino Oreja.

El ministro explicó que las autoridades chinas habían invitado a los Reyes el pasado mes de noviembre y retirado con sumo interés en enero dicha invitación. «No ha habido nada en términos parecidos por parte de la Unión Soviética», aseguró el ministro, para añadir después que él viajaría a Moscú, probablemente, en el último trimestre del presente año. Fuentes soviéticas han puesto de relieve días atrás el estancamiento detectado en las relaciones con Madrid.

Por otra parte, las declaraciones del señor Oreja respecto al carácter económico del viaje a Pekín entran en contradicción con la impresión, recogida en medios oficiales españoles, de que tiene motivaciones fundamentalmente políticas y de imagen, si bien está previsto firmar un acuerdo comercial hispano-chino. El señor Oreja añadió que, en cualquier caso, un viaje del Rey se sale, en cierta manera, del contexto de la política gubernamental y no debe ser interpretado solamente a la luz de las declaraciones políticas del Gabinete.

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Las relaciones con Irán

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A última hora de la noche de ayer, los Reyes y su séquito abandonaron Teherán con destino a Pekín, donde llegarán a primeras horas de la madrugada de hoy. Don Juan Carlos y doña Sofía cenaron en privado con el sha y la emperatriz en el aeropuerto, finalizando así su segunda jornada de estancia oficial en la capital iraní.La jornada se había iniciado en el palacio de Golestan, residencia oficial de la pareja real española, donde a primera hora de la mañana el Rey recibió a la colonia española, al personal de nuestra embajada en Teherán y a la junta directiva de la Asociación Iberoamericana. Seguidamente, don Juan Carlos se trasladó en helicóptero a la localidad de Reyd, donde visitó el mausoleo de S. M. imperial Reza Sha el Grande, padre del actual emperador y fundador de la dinastía. Tras depositar una corona de flores ante el mausoleo y visitar el museo allí instalado, don Juan Carlos se trasladó en helicóptero al palacio de Niyavaran, donde mantuvo una larga entrevista con el sha.

Por su parte, la Reina visitó por la mañana el museo Bahman, se reunió, posteriormente, con la emperatriz Farah y seguidamente se trasladaron los dos jefes de Estado y sus esposas al palacio de Mehradast, donde almorzaron en privado. Una vez finalizado el almuerzo, el Rey, acompañado por el ministro español de Asuntos Exteriores, conversó con el primer ministro de Irán, Janshid Amouzegar, y con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Ali Khalatbari. Seguidamente, los Reyes recibieron a los embajadores acreditados en Teherán.

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