La huelga general de La Unión, abortada por la extrema derecha

No tuvo prácticamente eco la convocatoria de huelga general para ayer en La Unión, sugerida la noche anterior por el presidente de la Asociación de Vecinos, Antonio Conesa, ante los incidentes que se registraron al agredir un grupo de jóvenes de extrema derecha a los participantes en una manifestación contra el Ayuntamiento. Sin embargo, el ambiente continuaba siendo de cierta tensión.Los actos de protesta contra la Corporación municipal de La Unión, a causa de la subida en un 10% del precio de la recogida de basuras, se habían iniciado el martes pasado con una manifestación. El miércoles, a l...

No tuvo prácticamente eco la convocatoria de huelga general para ayer en La Unión, sugerida la noche anterior por el presidente de la Asociación de Vecinos, Antonio Conesa, ante los incidentes que se registraron al agredir un grupo de jóvenes de extrema derecha a los participantes en una manifestación contra el Ayuntamiento. Sin embargo, el ambiente continuaba siendo de cierta tensión.Los actos de protesta contra la Corporación municipal de La Unión, a causa de la subida en un 10% del precio de la recogida de basuras, se habían iniciado el martes pasado con una manifestación. El miércoles, a las ocho de la tarde, hubo otra manifestación de varios cientos de personas que discurrió desde la plaza de la Iglesia hasta el Ayuntamiento solicitando en varias ocasiones la dimisión del alcalde, Antonio Sánchez. Poco después una comisión de vecinos era recibida por la primera autoridad municipal y cuando el alcalde se disponía a dirigirse a los manifestantes desde el balcón del Ayuntamiento, fue abucheado por éstos.

Sobre las nueve de la noche un grupo compuesto por catorce jóvenes, cuyas edades oscilan entre los quince y diecinueve años, atacó a los participantes en la manifestación con palos de béisbol y otros objetos contundentes, resultando heridas y contusionadas seis personas. Los agresores, de los que al parecer nueve eran de Cartagena y el resto de La Unión, siendo reconocidos varios como militantes de Fuerza Nueva, hubieron de refugiarse en el Ayuntamiento.