"En el pacto constitucional hay que aceptar sin reservas la regla de las mayorías"

La oposición irreductible al empleo del término nacionalidades, el convencimiento de que se partía de un texto aceptable, la invitación para que se reforzase el compromiso constitucional que el empeño supone y que se acepte el texto final íntegramente y con independencia de lo que cada grupo haya cedido para lograr los acuerdos finales fueron algunos puntos fundamentales en la intervención de Manuel Fraga, secretario general de Alianza Popular (AP).Hizo referencia después a los fracasos que, a su juicio, habían jalonado la historia del constitucionalismo español, y aseguró que «hoy, por...

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La oposición irreductible al empleo del término nacionalidades, el convencimiento de que se partía de un texto aceptable, la invitación para que se reforzase el compromiso constitucional que el empeño supone y que se acepte el texto final íntegramente y con independencia de lo que cada grupo haya cedido para lograr los acuerdos finales fueron algunos puntos fundamentales en la intervención de Manuel Fraga, secretario general de Alianza Popular (AP).Hizo referencia después a los fracasos que, a su juicio, habían jalonado la historia del constitucionalismo español, y aseguró que «hoy, por primera vez en nuestra historia contemporánea, no somos un pueblo con una mayoría de desheredados y de analfabetos. Sería, por ello, una gran responsabilidad perder esta ocasión».

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"Otra constante fue, en el pasado, la imposición de una fórmula constitucional, por un grupo de españoles, a los demás. También por primera vez -añadió el señor Fraga- estamos trabajando sobre supuestos diferentes; el grupo constituyente es de amplio espectro y cabe. esperar que nuestra obra, lo mismo en la parte de los principios dogmáticos que en el desarrollo orgánico de las instituciones, permita diversas alternativas de programa político y de gobierno, y un turno pacífico entre las fuerzas políticas o los bloques que formen."

Advirtió sobre el peligro de ofrecer utopías y recordó la frase de Lord Acton, «La sociedad se convierte en un infierno en la medida en que se quiera hacer de ella un paraíso».

«Una Constitución, hoy, ha de ser un equilibrio de fuerzas económicas, sociales y culturales, suficientemente armonizada, no sólo por el momento presente, sino para absorber cambios posteriores, encajándolos por la vía de reformas o reajustes. »

Explicó el señor Fraga que el trabajo constitucional suponía establecer un pacto básico. «Al establecer ese pacto -dijo-, es decir, al renunciar a imponer unos a otros un trágala constitucional, es evidente que el consenso sólo puede lograrse a partir de un clima de confianza.

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«Ello exige también -prosiguió el líder de AP- que las estipulaciones y las palabras del pacto constitucional signifiquen claramente lo mismo para todos; lo que obliga a huir de toda ambigüedad o contradicción en los términos. Finalmente, el compromiso no puede nunca llegar al cien por cien de lo escrito; y ahí reside, precisainente, la verdadera actitud de un consenso democrático: en aceptar, sin vetos ni reservas, esa parte inevitable de todo. acuerdo parlamentario que es el respeto a la regla de la mayoría.»

Compromisos de la Constitución

Sin entrar en un análisis pormenorizado del articulado, el señor Fraga se refirió a seis grandes zonas que llamó «los grandes compromisos de la Constitución».

En primer lugar, las cuestiones religiosas y morales: el señor Fraga djo que una sociedad reposa sobre valores que están más allá de la economía y la política. «Hablemos claro -dijo-: nosotros creemos que para que resuenen los yunques no hande enmudecer las campa. nas.»

El segundo «gran grupo de problemas -continuó- gira en torno al necesario equilibrio entre la sagrada e indisoluble unidad de España como nación y como Estado nacional y las autonomías, que permitan una mejor integración de la variada riqueza de nuestras regiones y comarcas».

Tras señalar que en otras épocas fueron distintas cuestiones las más polémicas, añadió que «en este momento histórico será sobre el acierto o el fracaso de esta materia, de la salvaguardia de la unidad nacional y la articulación efectiva de un sistema constructivo de autonomías pordonde nos juzgará la historia».

El señor Fraga afirmó que mantendrían su voto particular sobre este tema, y explicitó su oposición irreductible al empleo del término nacionalidades. «No es el momento de volver -dijo- sobre el hecho indiscutible de que nación y nacionalidad es lo mismo.»

En tercer lugar se refirió a la forma,de Estado. «Alianza Popular apoya decididamente la forma monárquica del Estado, e invita cordialmente a todos los grupos políticos a no plantear en este debate la infecunda discusión que envenenó un siglo de nuestra bistoria contemporánea.»

El cuarto apartado fue el sistema de libertades y principios rectores, en materia de configuración de un sistema económico y social. Defendió la economía social de mercado y dijo que el texto respeta la libertad y la dignidad de la persona y «un profundo y eficaz impulso hacia la igualdad, no sólo ante la ley, sino concebida como igualdad real».

Defendió el quinto apartado con la idea de una justicia «totalmente independiente», y concluyó examinando la posibilidad de revisión constitucional, que en el anteproyecto, dijo, «ha logrado un equilibrio correcto entre los principios de rigidez y flexibilidad».

«Merezcamos en esta hora trascendente de España -dijo finalmente el señor Fraga- el dictado de servidores leales del bien común, superadores de la tentación demagógica de pensar más en la próxima elección que en la generación siguiente.»

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