Suárez se interesa por la promoción de la industria canaria

El presidente del Gobierno consumió ayer en diversas reuniones de trabajo repartidas entre las islas de La Palma y Tenerife, la segunda etapa de su visita al archipiélago canario, en la que hay que destacar el primer ¡viva España! del presidente y la acogida desbordante de la población palmera.

ENVIADO ESPECIALEn sus diversas intervenciones, el señor Suárez volvió a subrayar, como ya lo hiciera el jueves, que esta es una visita de trabajo y que la hace exclusivamente como presidente del Gobierno a fin de contrastar los proyectos de la Administración con las necesidades reales y sentimen...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente del Gobierno consumió ayer en diversas reuniones de trabajo repartidas entre las islas de La Palma y Tenerife, la segunda etapa de su visita al archipiélago canario, en la que hay que destacar el primer ¡viva España! del presidente y la acogida desbordante de la población palmera.

ENVIADO ESPECIALEn sus diversas intervenciones, el señor Suárez volvió a subrayar, como ya lo hiciera el jueves, que esta es una visita de trabajo y que la hace exclusivamente como presidente del Gobierno a fin de contrastar los proyectos de la Administración con las necesidades reales y sentimentales del pueblo canario. No viene, dijo expresamente, a resolver la situación conflictiva de su partido, tarea que se reserva para después de su regreso a Madrid.La atención popular sobre la visita del presidente va en una línea ascendente que tiene de momento su punto álgido en la calurosa acogida que le atribuyó la población de La Palma, tanto en los Llanos de Aridane, como en Santa Cruz, capital de la isla. Ni una pancarta reivindicativa, sólo hubo aplausos para el presidente. «No estoy acostumbrado a que me demuestren cariño, por eso estoy tan emocionado», dijo el señor Suárez a los 3.000 ó 4.000 palmeros que momentos antes luchaban por darle la mano.

Con idéntico júbilo fue recibido en la capital de La Palma por parte del numeroso público -especialmente joven y mayoritariamente femenino- que le esperaba en la plaza del Ayuntamiento.

Palabras del presidente

«Me van a permitir que comience por llamarles queridos amigos -dijo el presidente en un improvisado discurso- porque no hay nada más importante para un político que entrañarse con el pueblo al que tiene que servir.Y ése es uno de los objetivos de este viaje: intentar servir lo mejor que podamos al mejor pueblo que existe en el mundo que es el español, del que ustedes forman parte. Lo que quisiera transmitirles el presidente del Gobierno y me atrevo a decir que en nombre del resto de todos los españoles, es la seguridad y confianza de que toda la Península está con ustedes y vive permanentemente con sus ojos puestos en Canarias, que Canarias no debe temer ningún problema ni ninguna preocupación de futuro. Yo tengo seguridad de que se van a encontrar soluciones a corto plazo y tengo confianza en el porvenir esplendoroso que ya se atisba en el horizonte». Fue entonces cuando pronunció el primer ¡Viva España! que se le ha oído en las islas.

Jornada de trabajo

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La jornada del presidente en La Palma comenzó a las nueve de la mañana, hora en que a bordo de un helicóptero de las Fuerzas Armadas llegó al aeropuerto de Mazo, procedente de Gomera. Le acompañaban, como en el día anterior, los ministros del Interior y de la Presidencia, señores Martín Villa y Otero, y su asesor, el señor Olarte.Tras un recorrido por gran parte de la isla y después de visitar el pueblo de Los Llanos, el señor Suárez se reunió en Santa Cruz de la Palma en sesión continua de trabajo con directivos de la empresa para el desarrollo industrial canario (Sodican) y con las corporaciones locales.

El consejero delegado de Sodican -empresa mixta del INI y de las cajas de ahorro provinciales- expuso al señor Suárez la conveniencia de adoptar las siguientes medidas de política económica tendentes a la promoción de la industria canaria: establecimiento de una tarifa especial para proteger los productos agrícolas, ganaderos e industriales canarios; potenciación de los beneficios a través del estatuto de preferente localización industrial y finalmente. la aprobación de ayudas fiscales.

El señor Suárez respondió que alguna de estas sugerencias y otras que le fueron formuladas van a tener solución rapidísima, en diez o quince días.

Respecto a la afirmación del consejero-delegado de Sodican de que no habría salida de la crisis mientras no hubiera estímulos claros a la inversión, el presidente respondió que ya era hora de que los empresarios dieran un paso al frente.

«Ustedes -dijo- son más expertos que yo en la materia y saben perfectamente que en la vida política y de manera muy especial en la vida económica, cuando se ,generan expectativas negativas acaban convirtiéndose en hechos irreversibles.»

« Entiendo -añadió- que los datos que ofrece hoy la economía española son ciertamente para seguir preocupándonos y perseverar en el esfuerzo iniciado para el cumplimiento del pacto de la Moncloa, pero, ciertamente, son también lo suficientemente alentadores como para permitirnos ver con claridad un futuro evidentemente más libre y también equitativo.»

Por su parte, el presidente del Cabildo de La Palma -una isla de 80.000 habitantes con una agricultura pujante- expuso al presidente las necesidades apremiantes de la isla. que evaluó en 1.246 millones de pesetas.

Una de estas necesidades, dada la riqueza agrícola, es la culminación del plan hidráulico mediante la construcción de una presa, la impermeabilización de una laguna y la explotación racional de los recursos de aguas freáticas.

Le fueron expuestos al señor Suárez problemas relativos a la vivienda, el transporte, la enseñanza y otros capítulos. Muchos de estos problemas pueden entrar en vías de solución a muy corto plazo.

Después de un almuerzo de trabajo, el presidente abandonó La Palma y se dirigió a Tenerife. Hacia las cinco de la tarde el presidente llegó al aeropuerto sur de la isla y, seguidamente, emprendió viaje al santuario de la Virgen de la Candelaria, patrona de Canarias.

A última hora de la tarde, Adolfo Suárez llegó a Santa Cruz de Tenerife y se dirigió al Ayuntamiento, donde le esperaba la Corporación municipal. Posteriormente mantuvo una reunión de trabajo con la Mancomunidad de Cabildos de Tenerife, que, según algunos observadores, se desarrolló de una forma tensa.

Por la noche, el señor Suárez se reunió en una cena privada, según indicios dignos de crédito, con el vicepresidente para la Defensa, señor Gutiérrez Mellado. que llegó a Tenerife en la mañana de ayer para asistir a la Junta de Jefes de Estado Mayor que hoy se celebra en Santa Cruz de Tenerife.

Archivado En