Los pozos de Castellana, 15, no estaban hechos para un atentado

El descubrimiento de cinco pozos, uno de ellos con un túnel, recién excavados en el sótano del número 15 del paseo de la Castellana motivó ayer una fuerte investigación policial ante la posibilidad de que se tratara de una obra con fines terroristas de cara al próximo día 28 de mayo, día de las Fuerzas Armadas. Lo que en un principio se pensó como un nuevo caso Carrero, ya que en las proximidades del edificio se instalará el citado día la tribuna presidencial para el desfile, fue esclarecido horas después al comprobarse que se trataba de unas obras de comprobación de cimientos.

Sobre la...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El descubrimiento de cinco pozos, uno de ellos con un túnel, recién excavados en el sótano del número 15 del paseo de la Castellana motivó ayer una fuerte investigación policial ante la posibilidad de que se tratara de una obra con fines terroristas de cara al próximo día 28 de mayo, día de las Fuerzas Armadas. Lo que en un principio se pensó como un nuevo caso Carrero, ya que en las proximidades del edificio se instalará el citado día la tribuna presidencial para el desfile, fue esclarecido horas después al comprobarse que se trataba de unas obras de comprobación de cimientos.

Sobre la una de la madrugada de ayer una mujer, vecina de la finca número 15 del paseo de la Castellana, avisó a la policía sobre la existencia de una luz encendida desde el pasado sábado en el interior del inmueble, en la actualidad abandonado. La situación del edificio, cercano a un cuartel de la Policía Armada y a la sede del Consejo Supremo de Justicia Militar hizo que inmediatamente se trasladaran al lugar varios miembros del Cuerpo General de Policía.Tras forzar las puertas ya que nadie respondió a las llamadas de los agentes, los policías encontraron en los sótanos, que estaban alumbrados, cinco pozos. Dos de ellos están situados en la parte que da al paseo de la Castellana y tienen una profundidad de tres metros y medio respectivamente: del primero sale un túnel que pasa por debajo de los cimientos de la fachada y tiene unos dos metros de largo.

Los otros dos pozos, sin túneles excavados, fueron encontrados cerca de la calle Fernando el Santo, junto a la pared maestra cercana al Consejo Supremo de Justicia Militar.

Ante este descubrimiento, la policía inició rápidamente las investigaciones, hecho que permitió a medía mañana de ayer saber que el citado edificio, propiedad de la Mutua Madrileña Automovilística había recibido un permiso municipal para que la empresa Agromán realizara unas calas o pozos para comprobar el grosor y estado de los cimientos del inmueble, que se encuentra declarado en el Precatálogo de Edificios y Conjuntos de Madrid, como edificio singular, lo que conlleva la suspensión de licencias de obras que afecten al edificio.

Hace una semana, según informaron los arquitectos a la policía, un grupo de albañiles realizó las cinco calas, dejando al abandonar el edificio las luces encendidas.

Este hecho, unido a la proximidad de la finca a los citados edificios del Ejército y de la Policía Armada, y a que en sus inmediaciones se instalará el próximo 28 de mayo la tribuna presidencial del desfile de las Fuerzas Armadas, provocó una gran alarma en medios policiales. El posterior, descubrimiento de cuatro pasaportes, al parecer, caducados, una caja que contenía un pequeño motor, botellas y hasta un uniforme de conserje en los pozos superiores hizo que las hipótesis sobre un atentado se multiplicaran.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sin embargo, horas después y una vez aclarada la excavación de los pozos, la policía pudo precisar que todos los objetos encontrados pertenecen a los antiguos inquilinos de la casa abandonados al dejar las viviendas.

En la tarde de ayer la Jefatura Superior de Policía hizo pública: una nota en la que tras afirmar que las excavaciones habían sido realizadas para determinar el grosor y el grado de humedad sufrido por el inmueble, concluía manifestando que «todos los datos habían sido confirmados por parte de las empresas y personas relacionadas con el inmueble. Por tanto, hay que desechar toda una serie de especulaciones que de forma precipitada han aparecido sobre el tema».

Archivado En