El martes se decide la remodelación del barrio del Aeropuerto

El próximo martes, una comisión de vecinos del barrio del Aeropuerto se entrevistará con el director general de la Vivienda, Manuel Díaz, para discutir las condiciones en que debe acometerse la remodelación de las seiscientas viviendas que forman la barriada.Para conseguir la remodelación del barrio, la comisión planteará al director general de la Vivienda que el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo debe utilizar tanto la superficie que ocupa ahora el barrio como la zona libre destinada a industrias, a fin de que la construcción pueda realizarse por fases que permitan el abaratamiento de l...

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El próximo martes, una comisión de vecinos del barrio del Aeropuerto se entrevistará con el director general de la Vivienda, Manuel Díaz, para discutir las condiciones en que debe acometerse la remodelación de las seiscientas viviendas que forman la barriada.Para conseguir la remodelación del barrio, la comisión planteará al director general de la Vivienda que el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo debe utilizar tanto la superficie que ocupa ahora el barrio como la zona libre destinada a industrias, a fin de que la construcción pueda realizarse por fases que permitan el abaratamiento de las viviendas, a la vez que se consigue espacio para equipamiento urbano. Para ello, los vecinos cederían sus propiedades y escrituras al INV a cambio de que después puedan conseguir la vivienda.

El coste de las viviendas

Otro de los puntos planteados es que las viviendas deben ser de promoción directa y que el pago de las mismas debe ser el equivalente al coste de su construcción sobre los metros cuadrados, diferencia entre la superficie de la nueva y de la actual vivienda.Las 602 viviendas del barrio del Aeropuerto fueron construidas en 1960 por la Inmobiliaria Roiz, SA, actualmente disuelta, al amparo del Plan de Urgencia Social de Madrid, bajo régimen de viviendas subvencionadas de acuerdo con un plan de la también extinguida Comisaría General para la Ordenación Urbana de Madrid y alrededores. Desde el mismo momento de la entrega oficial de las viviendas se empezaron a oír las quejas de los vecinos. Muchos tejados no estaban terminados. La luz eléctrica tardaría nueve años en llegarles.

Rápidamente, los bloques de viviendas empezaron a presentar grietas y resquebrajamientos por todas partes. Ni los materiales ni los cimientos utilizados ofrecían seguridad. La calificación de ruina afectó a muchos de estos bloques, algunos de los cuales fueron dinamitados.

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