La República Federal de Alemania, sin periódicos

La inestabilidad social dentro del sector de las artes gráficas, que comenzó a manifestarse a primeros de diciembre pasado, ha desembocado en la huelga de prensa que afecta a las República Federal de Alemania. Ayer no apareció ninguno de los 25 diarios más importantes del país, con una tirada total conjunta de 8,3 millones de ejemplares. Esta huelga tiene el carácter de advertencia contra la inseguridad de los 80.000 puestos de trabajo del sector.Los empresarios que han declarado el lock-out no han considerado las huelgas de advertencia -hasta el 22 de diciembre pasado, en 153 talleres ...

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La inestabilidad social dentro del sector de las artes gráficas, que comenzó a manifestarse a primeros de diciembre pasado, ha desembocado en la huelga de prensa que afecta a las República Federal de Alemania. Ayer no apareció ninguno de los 25 diarios más importantes del país, con una tirada total conjunta de 8,3 millones de ejemplares. Esta huelga tiene el carácter de advertencia contra la inseguridad de los 80.000 puestos de trabajo del sector.Los empresarios que han declarado el lock-out no han considerado las huelgas de advertencia -hasta el 22 de diciembre pasado, en 153 talleres y redacciones- con las que los trabajadores reclamaban una defensa suficiente contra la introdución de nuevos sistemas de impresión que excluirían a una amplia nómina de trabajadores.

Según el catálogo de reivindicaciones del Sindicato del Papel y Artes Gráficas, se reclama «la garantía del puesto de trabajo para los obreros especialistas, la seguridad de los ingresos actuales, el control de los textos a imprimir a cargo de periodistas, la aplicación de medidas sanitarias suficientes y la regulación del tiempo de trabajo y de descanso ».

Los periodistas de las empresas afectadas se han solidarizado con sus compañeros de taller, entre otras razones, porque tratan de evitar que se aplique un proyecto de los propietarios de los medios de comunicación, cuya pretensión es que los redactores compongan sus textos directamente en las nuevas máquinas que pretenden adquirir, porque, según las empresas, «su utilización no es más complicada que las de las máquinas de escribir que ellos manejan habitualmente».

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