Elecciones legislativas francesas

Documento sindical para conseguir un compromiso entre el PS y el PCF

Programa, desistimiento, caos, apertura, estas cuatro palabras resumen las penúltimas peripecias de la campaña electoral por los comicios de los próximos días 12 y 19. Los comunistas y socialistas continúan jugando al gato y al ratón, para, en definitiva, dramatizar una victoria que un día parece posible y, al día siguiente, demasiado dudosa.La mayoría gubernamental predica el desastre por todo el país, en caso de triunfo de la oposición, y los observadores se preguntan por el efecto de esta última etapa de la campaña dedicada a la «más indigna caza de votos».

El mano a mano entre l...

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Programa, desistimiento, caos, apertura, estas cuatro palabras resumen las penúltimas peripecias de la campaña electoral por los comicios de los próximos días 12 y 19. Los comunistas y socialistas continúan jugando al gato y al ratón, para, en definitiva, dramatizar una victoria que un día parece posible y, al día siguiente, demasiado dudosa.La mayoría gubernamental predica el desastre por todo el país, en caso de triunfo de la oposición, y los observadores se preguntan por el efecto de esta última etapa de la campaña dedicada a la «más indigna caza de votos».

El mano a mano entre los dos líderes supremos, el comunista Georges Marchais y el socialista François Mitterrand, continúa centrándose en las dos palabras reinas de la batalla que los confronta desde hace medio año: programa y desistimiento.

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¿Quiere el PCF ir al poder? Es, en definitiva, la cuestión clave, constante y que no se resolverá hasta el 19 por la noche. Mientras los dos gigantes de izquierdas se observan en un pugilato sin precedentes, anteayer intervino una de las dos grandes centrales sindicales favorables a la oposición, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), para proponer un documento que pudiera servir de base para un compromiso programático entre comunistas y socialistas. Su contenido alude especialmente al problema espinoso de las nacionalizaciones, sobre el que media entre las exigencias socialistas y las comunistas. Los dirigentes de los dos partidos y la otra sindical de izquierdas, la Confederación General del Trabajo (CGT), estimaron positivo el documento de la CFDT, pero el señor Marchais pidió, de nuevo, «negociemos antes del día 12», y el señor Mitterrand, «esperemos al día 19».

El primer ministro, Raymond Barre, con fuga de político que «piensa en su porvenir», se ha convertido en el primer apologista de la tragedia que lleva por título Programa Común. Y mientras el líder gaullista, Jacques Chirac, hace otro tanto a razón de diez o doce mítines por día, los giscardianos, la segunda tendencia de la mayoría, lanzaron ayer su nuevo slogan, «el centro izquierda somos nosotros», abriéndoles más aún las puertas a los eventuales socialistas disidentes del más allá de la eventual derrota de la izquierda.

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