Se fuga del hospital el director teatral Albert Boadella

Sobre las cuatro de la tarde de ayer, el director teatral Albert Boadella se fugó del hospital clínico de Barcelona, donde permanecía internado bajo vigilancia directa de dos policías armados.

Boadella, de 34 años de edad, casado y padre de un niño, debía comparecer a las nueve de la mañana de hoy -junto con los otros cinco componentes del grupo teatral que dirigía, Els Joglars-, ante un consejo de guerra, acusado de «injurias al ejército», debido al contenido de la obra La Torna. El tema de la obra era la aplicación de la sentencia de muerte contra el apátrida Heinz Chess, el mi...

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Sobre las cuatro de la tarde de ayer, el director teatral Albert Boadella se fugó del hospital clínico de Barcelona, donde permanecía internado bajo vigilancia directa de dos policías armados.

Boadella, de 34 años de edad, casado y padre de un niño, debía comparecer a las nueve de la mañana de hoy -junto con los otros cinco componentes del grupo teatral que dirigía, Els Joglars-, ante un consejo de guerra, acusado de «injurias al ejército», debido al contenido de la obra La Torna. El tema de la obra era la aplicación de la sentencia de muerte contra el apátrida Heinz Chess, el mismo día en que también era agarrotado el anarquista catalán Salvador Puig Antich, el 2 de marzo de 1974.Fuentes militares, jurídicas y gubernativas manifestaron anoche, al ser consultadas por EL PAÍS, que el consejo de guerra se reuniría esta mañana, tal como estaba previsto, según la orden militar de la plaza de Barcelona del día de ayer.

Fuentes jurídicas precisaron que, en todo caso, sería el presidente del consejo de guerra el que resolvería si el consejo de guerra debía celebrarse, o bien si la huida de Boadella hacía aconsejable una suspensión. La alternativa sería continuar el juicio contra todos los acusados y declarar en rebeldía a Boadella, o bien considerar la conveniencia de un juicio contra los seis procesados, y, por tanto, proceder, a la suspensión del convocado para hoy. Uno de los defensores de los componentes del grupo teatral manifestó que, en principio, pensaba pedir la suspensión del consejo de guerra.

Esta fuente precisó que su cliente permanecía anoche en Barcelona en situación de libertad provisional y que, lógicamente, comparecería ante el tribunal militar. No obstante, fuentes del comité de defensa de Boadella manifestaron que habían sido cursadas órdenes de detención contra los acusados. Ello no pudo ser confirmado ni desmentido por la policía gubernativa, ni tampoco por una fuente militar autorizada.

Por su parte, el defensor de Boadella, Federico Valenciano, confirmó a EL PAÍS que la posibilidad de continuar o suspender el juicio estaba totalmente en manos del presidente del tribunal. Manifestó no obstante que consideraba «muy razonable» que sus compañeros de defensa solicitaran la suspensión.

Como se recordará, las peticiones del fiscal jurídico militar eran de cuatro años y seis meses de prisión para Albert Boadella, y tres años para cada uno de los otros cinco inculpados.

Respecto a la forma de huida de Boadella, una alta fuente gubernativa indicó que éste había, casi sin duda, contado con alguien que le ayudó a escapar de la habitación donde permanecía, sin que estuviera aquejado de otra dolencia que un stress. Boadella, en efecto, no estaba sometido a tratamiento medicamentoso alguno, excepto un leve laxante que se le administraba cada noche.

Sobre las cuatro de la tarde de ayer, Albert Boadella solicitó permiso de la pareja de la Policía Armada que le custodiaba para ducharse, el cual se le fue concedido. Penetró en el baño que se halla en una sala dividida por un tabique que la separa del aseo de la habitación contigua. Boadella se vistió con ropas que podían haber estado depositadas en un armario del cuarto de baño, abandonando su pijama y unos calzoncillos de color negro.

A continuación saltó por la ventana y penetró en el cuarto de baño de la habitación contigua. La operación tenía un cierto peligro, ya que se desarrollaba en un quinto piso, si bien existe una repisa lo suficientemente ancha para poder apoyar los pies y, por otro lado, ambas ventanas se tocan.

Una vez en el aseo de la habitación número nueve -la de Boadella era la once- salió tranquilamente, a través de la habitación, en la que estaban internados dos hombres, quienes, precisamente, estaban recibiendo visitas. Su salida la efectuó sin prisas ni violencias, y por ello no despertó sospechas.

Boadella bajó hasta la planta baja y -según un testigo presencial-, abandonó el hospital clínico por una puerta que da a la fachada principal.

Los dos policías armados encargados de la custodia del detenido penetraron en el cuarto de baño después de que una enfermera hubiese entrado con una toalla, seguida por tres enfermos, y comprobase que Boadella había desaparecido. La pareja de policías fue arrestada anoche mismo, ante su posible responsabilidad por el hecho.

Por otra parte, Gabriel Renom, uno de los miembros de Els Joglars que deben comparecer esta mañana al consejo de guerra, ha sido detenido anoche en Gerona cuando se disponía a actuar con otra compañía en un teatro de aquella ciudad y trasladado al Gobierno Civil de la capital gerundense, según se ha informado en el transcurso de una asamblea de personas relacionadas con el mundo del espectáculo que se celebró anoche en el salón Diana, de Barcelona.

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