Cartas al director

En un tren de cercanías

El día 8 del corriente viajaba yo en un tren de cercanías con destino a Villalba. La hora no era intempesItiva: 12.37 del mediodía. Había salido de la estación de Nuevos Ministerios, donde, a esa hora, las ocho o diez ventanillas de expedición de billetes permanecían cerradas, aunque con personal dentro. Después de esperar cinco minutos y no serme despachado el billete, decidí bajar las innumerables escaleras hasta el andén para no perder mi tren, que ya anunciaban los altavoces. Pues bien, al aparecer el revisor le expliqué la causa de mi falta de billete y le tendí las sesenta pesetas que cu...

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El día 8 del corriente viajaba yo en un tren de cercanías con destino a Villalba. La hora no era intempesItiva: 12.37 del mediodía. Había salido de la estación de Nuevos Ministerios, donde, a esa hora, las ocho o diez ventanillas de expedición de billetes permanecían cerradas, aunque con personal dentro. Después de esperar cinco minutos y no serme despachado el billete, decidí bajar las innumerables escaleras hasta el andén para no perder mi tren, que ya anunciaban los altavoces. Pues bien, al aparecer el revisor le expliqué la causa de mi falta de billete y le tendí las sesenta pesetas que cuesta el trayecto; cuál no sería mi sorpresa cuando me dijo, y de muy malos modos, que tendría que pagar 120 pesetas, o seajusto el doble del precio del trayecto, en concepto de multa por ir sin billete, y añadiendo: «Le iba a cobrar sólo sesenta pesetas, pero como se pone usted así, le voy a tener que poner una multa.» El ponerme «así» consistió en tratar de darle las sesenta pesetas. A mi extrañeza siguió mi negativa rotunda a abonar el doble del importe, y después de mucho refunfuñar decidió perdonarme la vida, y me extendió un recibo por sesenta pesetas.Yo me pregunto ¿por qué es siempre el, usuario y el que paga el que tiene que aguantar además de la falta de competencia y descuido de unos empleados y de la mala orgánización y retrasos de Renfe, la pésima educación de alguno de estos empleados?

¿Han de perder los viajeros su tren porque a las doce del mediodía no se despachan billetes? ¿Tienen además que pagar la negligencia de otros con una multa?

Los trenes de cercanías son los más descuidados y los más utilizados; en ellos viajamos muchas personas que trabajamos en Madrid y no podemos vivir en él. Cuide el tren aunque no le cuiden a usted.

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