Los supuestos etarras detenidos en Tudela, en prisión

Javier Ayensa Echauz, José Luis Valmaseda Calvo, José María Gómez Vidal, Alejandro Gil Navascués y Asun Jiménez Ayensa ingresaron ayer en la cárcel provincial de Pamplona, después de ser puestos a disposición judicial, en calidad de presuntos miembros de un comando legal de ETA militar, al que la policía ocupó, el pasado jueves, en Tudela, diversas armas, explosivos y escritos de la organización.Uno de los detenidos en la operación policial, María Dolores Sesma, fue puesta en libertad en la mañana del viernes al comprobarse que no tenía relación con las acciones que la policía imputaba a los d...

Javier Ayensa Echauz, José Luis Valmaseda Calvo, José María Gómez Vidal, Alejandro Gil Navascués y Asun Jiménez Ayensa ingresaron ayer en la cárcel provincial de Pamplona, después de ser puestos a disposición judicial, en calidad de presuntos miembros de un comando legal de ETA militar, al que la policía ocupó, el pasado jueves, en Tudela, diversas armas, explosivos y escritos de la organización.Uno de los detenidos en la operación policial, María Dolores Sesma, fue puesta en libertad en la mañana del viernes al comprobarse que no tenía relación con las acciones que la policía imputaba a los detenidos.

En relación con estos sucesos, el diario vasco Egin informaba ayer que en su redacción de Pamplona se había recibido una llamada de una persona que se identificó como miembro de un comando legal de ETA militar, en la que se especificaba que ninguno de los detenidos en Tudela, el pasado jueves, pertenecían a la organización.

Por otra parte ayer permanecían recluidas en la comisaría de Bilbao ocho personas detenidas en la manifestación que se desarrolló en esta ciudad el viernes por la noche en apoyo de ETA y en contra de la central nuclear de Lemóniz.

Individuos armados pidieron información sobre una constructora

Cuatro individuos enmascarados y armados se presentaron en la noche de ayer en el domicilio de un directivo de la empresa Arregui Construcciones, SA, de Bilbao, para exigirle información sobre ciertas medidas de regulación de empleo en la citada empresa. Esta extraña acción ha sido reivindicada por ETA político-militar.

Una vez logrado su propósito, los individuos en cuestión pidieron al empleado Jesús Melero las llaves de un vehículo propiedad de la constructora, con el que se dieron a la fuga.