Comienza el juicio de las viudas de los mineros de Figols contra la empresa

Comenzó ayer en Barcelona la vista de la demanda presentada contra Carbones de Berga, S. A., por las viudas de los treinta mineros muertos en el accidente ocurrido el 3 de noviembre de 1975 en el coto Matilde, de Figols, en Cataluña.

Los treinta mineros murieron a consecuencia de la fuerte explosión de gas grisú que se registró en la citada mina. Las viudas han presentado recurso contra la resolución de la comisión técnica calificadora central, que confirmaba la provincial, por la que se declaraba que no existían faltas de medidas de seguridad. Las demandantes, según informa ...

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Comenzó ayer en Barcelona la vista de la demanda presentada contra Carbones de Berga, S. A., por las viudas de los treinta mineros muertos en el accidente ocurrido el 3 de noviembre de 1975 en el coto Matilde, de Figols, en Cataluña.

Los treinta mineros murieron a consecuencia de la fuerte explosión de gas grisú que se registró en la citada mina. Las viudas han presentado recurso contra la resolución de la comisión técnica calificadora central, que confirmaba la provincial, por la que se declaraba que no existían faltas de medidas de seguridad. Las demandantes, según informa Europa Press, piden que se condene a la empresa al pago del recargo del 50 % de la prestación de viudedad.En el juicio representa a la empresa el abogado José María Antrax; y a la Mutua Asepeyo, el senór Torres Español. Estas dos últimas entidades figuran como posibles responsables subsidiarias. Los señores Fina, Casares, Viade y Boadas representan como abogados a los demandantes.

La vista se inició con una exposicion por parte del abogado de la empresa, quien ha señalado que el accidente se había producido por una entrada anormal de grisú y que las medidas de seguridad existentes eran incluso superiores a las exigidas para una mina de primera categoría, como era la afectada en el momento del accidente, por lo que no podía considerarse a la empresa como responsable de lo sucedido.

Los abogados de las demandantes han señalado que se habían producido repetidas entradas de grisú, que las medidas de seguridad eran insuficientes y que habían dejado de funcionar ya en otras ocasiones. Finalmente, afirman que el accidente había sido provocado por un chispazo eléctrico producido por un cable del alumbrado de la galería. Dichos abogados hablan de la responsabilidad empresarial y han afirmado que ésta había incurrido en una manifiesta imprudencia temeraria. El juicio continúa.

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