La campaña electoral francesa limita las conversaciones entre Schmidt y Giscard

La crisis del franco francés, que continuó bajando ayer, y las crecientes dificultades económicas en medio de la agitación electoral que vive el país condicionan las conversaciones que el canciller alemán, Helmut Schmidt, y el presidente, Valiery Giscard d'Estaing, iniciaron ayer en París. La «incorporación» del franco a la campaña electoral aumenta la psicosis de victoria de la izquierda, y representa, a la vez, un nuevo elemento die confusión para el electorado, azotado ya por los ataques, contraataques y declaraciones electoralistas, de la derecha y la izquierda, y de las dos tendencias de ...

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La crisis del franco francés, que continuó bajando ayer, y las crecientes dificultades económicas en medio de la agitación electoral que vive el país condicionan las conversaciones que el canciller alemán, Helmut Schmidt, y el presidente, Valiery Giscard d'Estaing, iniciaron ayer en París. La «incorporación» del franco a la campaña electoral aumenta la psicosis de victoria de la izquierda, y representa, a la vez, un nuevo elemento die confusión para el electorado, azotado ya por los ataques, contraataques y declaraciones electoralistas, de la derecha y la izquierda, y de las dos tendencias de cada una de ellas.

El decimoquinto aniversario de la firma del tratado francoalemán, por el canciller Adenauer y el general Charles de Gaulle, en el que se inscribe la actual cumbre de Giscard y Schmidt, pasará así a la historia sin pena ni gloria: la ruptura de la izquierda, las querellas en la derecha gobernante, la polarización de la vida política, la fragilidad de la moneda y de la economía y la incertidumbre ante los resultados de los comicios legislativos del 12 y 19 de marzo, pesan decisivamente en esta reunión, a la que hace tres días precedió, significativamente, la que celebraron el ex canciller alemán Willy Brandt y el líder de la oposición socialista, Francois Mitterrand.Schmldt y Giscard estudian la forma de hacer frente a la especulación contra el franco francés si ésta se prolonga. Ese es, en efecto, un nuevo elemento dramático y confuso de la campaña electoral; dramático, porque sólo imaginar que el vendaval desatado contra la divisa gala puede prolongarse durante los 34 días que faltan para la primera vuelta electoral, alarma a la derecha y a la izquierda; y confuso, porque manipulada o no esta caída de la moneda por el primer ministro Raymond Barre -la izquierda sospecha que sí-, lo cierto es que las sombrías perspectivas que ofrece su continuación, sumadas a la crisis económica, están dando lugar a una batalla sórdida, en la que el debate sobre las ideas o los problemas de interés general ha sido desplazado por aspiraciones de orden personal.

Barre culpa a la izquierda

El señor Barre siguió insistiendo durante el fin de semana pasado en que la posible victoria de la izquierda es la culpable de la crisis del franco.El presidente del Consejo Nacional del Patronato Francés (CNPF), Francois Cryrac, que se había mantenido relativamente discreto, ha salido también a la arena electoral para presentar, igual que el primer ministro, la victoria de la izquierda como «el caos», y el programa común como «una formidable amenaza para la economía francesa».

Toda la prensa de derecha airea los sondeos de opinión que dan a la izquierda como ganadora, y al mismo tiempo subraya la caída brutal del franco y explica detalladamente cómo «los franceses de derechas, y los de izquierda también, ante el cataclismo que supondría el éxito de la oposición, compran casas, joyas, colocan su dinero en las cajas de ahorros, etcétera. Esto, aseguraba el semanario Le Journal de Dimanche, progubernamental, de la cadena de Robert Herssant (candidato de la mayoría), es lo que hace la Francia que no pertenece al gran capital, porque la Francia del gran capital ya ha tomado sus precauciones desde hace tiempo».

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