El incremento de la deuda externa del Tercer Mundo, motivado por el estancamiento de sus exportaciones

Una de las razones que explican en gran parte el incremento de la deuda externa de los países del grupo del Tercer Mundo se encuentra en la situación de estancamiento y baja de volumen de exportaciones de ese grupo de países. A pesar de una leve mejoría experimentada con relación a 1975, las exportaciones de 1976 (últimas estadísticas de que se dispone sobre esta materia), no pasaron más allá del 25 % del volumen total de las exportaciones mundiales, es decir, la misma tasa que se registró en 1955, y el 5 % menos que en 1950.A la luz de esta realidad, se constata un estancamiento en el con...

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Una de las razones que explican en gran parte el incremento de la deuda externa de los países del grupo del Tercer Mundo se encuentra en la situación de estancamiento y baja de volumen de exportaciones de ese grupo de países. A pesar de una leve mejoría experimentada con relación a 1975, las exportaciones de 1976 (últimas estadísticas de que se dispone sobre esta materia), no pasaron más allá del 25 % del volumen total de las exportaciones mundiales, es decir, la misma tasa que se registró en 1955, y el 5 % menos que en 1950.A la luz de esta realidad, se constata un estancamiento en el conjunto del grupo y una ostensible disminución para los países del Tercer Mundo no exportadores de petróleo, entre 1950 y 1976, del 24,3 % al 12 % del total mundial del comercio de exportación.

Estas cifras y algunas de las razones que han provocado esta grave situación sin salida previsible por el momento aparecen en la edición de Transición, publicación del Centro Internacional para el Desarrollo, entidad que dirige Hernán Santa Cruz, recientemente nominado secretario general de la conferencia mundial sobre la Reforma Agraria y Desarrollo Rural, que bajo el patrocinio de la FAO se celebrará en Roma en 1979.

Dicha publicación sostiene que para comprender mejor las razones del estancamiento de las exportaciones de los países en desarrollo es preciso ver, entre otras, las causas que derivan de la política comercial de los países industrializados.

En el sector de los productos manufacturados y de materias primas industriales, los países industrializados -según el Centro Internacional para el Desarrollohan recurrido a otros métodos de protección, como es el caso de estructuras aduaneras diferenciales y restricciones de otra índole, no estrictamente tarifarias. «Si en el pasado esta política tuvo por objeto asegurarse una protección entre los mismos países industrializados, hoy parece dirigida principalmente contra los países en desarrollo», señala Transición, y concluye que las limitaciones cuantitativas aplicadas por los países de Europa occidental y Japón a las importaciones de los productos manufacturados provenientes de los países del Tercer Mundo son tres veces más restrictivas que las limitaciones impuestas a las exportaciones entre los países industrializados.

El Centro Internacional para el Desarrollo constata con su estudio que no ha sido tomada ninguna medida de importancia para superar esta situación y señala casos concretos. Las negociaciones comerciales multilaterales en el seno del GATT -afirma- no progresan desde hace cinco años. «La renovación del acuerdo Multifibras no ha hecho más que confirmar las intenciones de los países industrializados de utilizar este acuerdo, para legalizar nuevas medidas proteccionistas. La conferencia de París (diálogo Norte-Sur) no ha logrado ningún resultado en el plano comercial. Las negociaciones en la UNCTAD sobre diferentes productos básicos están paralizadas, salvo en el caso del azúcar. El sistema generalizado de preferencias no ha producido sino efectos limitados.» Y como si todo esto no fuera suficiente -señala la publicación- los países industrializados han comenzado a tomar medidas proteccionistas que afectan justamente a las exportaciones más dinámicas de los países en desarrollo. Se cita como ejemplo de esto, entre muchos otros productos de exportación, los zapatos, textiles y ropa de confección, «severamente limitados en la actualidad en los mercados de los países industrializados». La siderurgia y la industria naval aparecen como «seriamente amenazadas».

Frente a la gravedad de esta situación, el GATT llamó hace poco la atención de los países industrializados sobre «la contradicción entre sus preocupaciones por la estabilidad de las estructuras financieras internacionales y sus políticas restrictivas en el campo comercial».

El GATT, recuerda Transición, ha dicho que «una de las formas efectivas de hacer frente al servicio de una deuda externa creciente es que los países en desarrollo aumenten sus exportaciones y las medidas recientes de los países industrializados, arrastran, por el contrario, a una disminución de dichas exportaciones, en circunstancias que el comercio de los países en desarrollo no representa hoy día más que el 5 % del comercio mundial.

En tales circunstancias -señala el Centro Internacional para el Desarrollo- es necesario aumentar las relaciones comerciales entre los países del Tercer Mundo; crear nuevas asociaciones de productores de materias primas, y una actualización integrada de iniciativas en favor de una liberalización preferencial del comercio intemacional de los productos de exportación de los países en desarrollo.

De acuerdo a las últimas cifras consignadas en una reunión de expertos de Naciones Unidas, a finales de 1976, el endeudamiento total de los países en desarrollo no exportadores de petróleo llegó a 200.000 millones de dólares.

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