Barre inicia su visita a China

El primer ministro francés, Raymond Barre, inició ayer su visita a Pekín, que prolongará hasta el martes día 24 del mes en curso. Se trata del primer viaje de un jefe de Gobierno occidental a China tras la muerte de Mao Tse-tung. Junto con el premier francés han viajado el ministro de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud; el de Comercio Exterior, André Rossi, y siete presidentes de las más importantes industrias francesas, lo cual aporta un dato relevante sobre la importancia económica de este desplazamiento, que también servirá al señor Barre y a sus interlocutores para dialogar...

El primer ministro francés, Raymond Barre, inició ayer su visita a Pekín, que prolongará hasta el martes día 24 del mes en curso. Se trata del primer viaje de un jefe de Gobierno occidental a China tras la muerte de Mao Tse-tung. Junto con el premier francés han viajado el ministro de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud; el de Comercio Exterior, André Rossi, y siete presidentes de las más importantes industrias francesas, lo cual aporta un dato relevante sobre la importancia económica de este desplazamiento, que también servirá al señor Barre y a sus interlocutores para dialogar sobre la situación política internacional.Raymond Barre tuvo ayer una calurosa acogida en la capital china. El presidente del Partido Comunista chino, Hua Kuo-feng, recibió personalmente al primer ministro galo, y ambos dirigentes iniciarán hoy sus conversaciones. El domingo, Barre se trasladará al noreste chino, donde visitará las obras de un gran complejo petroquímico, cuya construcción corre a cargo de empresas francesas. Esta visita vuelve a subrayar el interés de los franceses por fomentar sus exportaciones, que decayeron notablemente el pasado año. Francia es hoy el decimotercer proveedor occidental de la República Popular China.

Por su lado, Pekín parece dispuesto a un relanzamiento de las relaciones comerciales entre los dos países. Hace algunos meses, una delegación china visitó Francia y se interesó por algunos sectores de la producción gala, en particular por el de la industria automovilística pesada, y hace sólo algunas semanas el ministro chino de Comercio Exterior, Li Chiang, en compañía de varios expertos, se paseó por el territorio francés, y de sus conversaciones con los responsables franceses se desprendió, en primer lugar, que los chinos no concluyeron ningún acuerdo y después que no era imposible que se interesaran por la producción francesa en los siguientes dominios: televisión en color, electrónica, teléfono, materiales de transporte, maquinaria agrícola y, muy especialmente, energía.

La última delegación referida, en efecto, visitó centrales eléctricas de varios tipos, incluidas las nucleares.