Africanos mestizos e hindúes, contra el régimen racista de Vorster
El Gobierno de la República de Suráfrica va a oponerse con todos los medios a su alcance a la cristalización de una alianza política entre las comunidades zulú, mestiza e india, según el ministro de Justicia y Policía, James Kruger.
Los representantes de estos tres grupos raciales, que se reunieron el jueves en Ulundi, la capital bantustán zulú, han decidido poner a punto una estrategia común para hacer frente al régimen racista del primer ministro John Vorster.
La alianza se convertiría en la formación política más importante del país, con casi nueve millones de miembros, ci...
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El Gobierno de la República de Suráfrica va a oponerse con todos los medios a su alcance a la cristalización de una alianza política entre las comunidades zulú, mestiza e india, según el ministro de Justicia y Policía, James Kruger.
Los representantes de estos tres grupos raciales, que se reunieron el jueves en Ulundi, la capital bantustán zulú, han decidido poner a punto una estrategia común para hacer frente al régimen racista del primer ministro John Vorster.
La alianza se convertiría en la formación política más importante del país, con casi nueve millones de miembros, cinco millones y medio de zulúes, dos y medio de mestizos y 800.000 indios, procedentes éstos de los diferentes países del subcontinente indostánico. Su consolidación sería un gravísimo revés para el Gobierno de Vorster, seriamente tocado en los últimos días por el asesinato en Durban del profesor Richard Turner, conocido crítico del sistema de apartheid, y por la espectacular evasión de Suráfrica del periodista Donald Woods, que ha jugado un relevante papel en la investigación de la muerte en prisión del líder negro Steve Biko.
Progresivamente acosado desde dentro, el Gobierno surafricano se dispone también a hacer frente a la «guerra de las ondas» que le han declarado las Naciones Unidas. Por acuerdo de la Asamblea General, emisiones contra el apartheid van a comenzar desde las radios nacionales de la Unión Soviética, República Democrática de Alemania, Países Bajos, Estados Unidos, Mozambique y Botswana. Pretoria ya ha comprado e instalado estratégicamente tres transmisores de quinientos kilowatios, con los que espera interferir y contrarrestar la información dirigida a la población de color.