La suerte del diálogo árabe-israelí puede decidirse hoy

En el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores se concede importancia capital a las entrevistas que el presidente norteamericano, Jimmy Carter, mantendrá hoy con el rey Jaled de Arabia Saudita, en Ryad. «Sin riesgo de simplificar, se puede decir que la suerte de las conversaciones entre Israel y Egipto depende de las conversaciones de Carter en Ryad», se afirma en Jerusalén.La razón de esta afirmación se basa en que todos los esfuerzos diplomáticos se centran actualmente en convencer el rey Hussein para que se una a la negociación egipcio-israelí.

En Teherán, el sha de Irán y el pre...

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En el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores se concede importancia capital a las entrevistas que el presidente norteamericano, Jimmy Carter, mantendrá hoy con el rey Jaled de Arabia Saudita, en Ryad. «Sin riesgo de simplificar, se puede decir que la suerte de las conversaciones entre Israel y Egipto depende de las conversaciones de Carter en Ryad», se afirma en Jerusalén.La razón de esta afirmación se basa en que todos los esfuerzos diplomáticos se centran actualmente en convencer el rey Hussein para que se una a la negociación egipcio-israelí.

En Teherán, el sha de Irán y el presidente norteamericano se entrevistaron con el rey Hussein, con quien abordaron esta cuestión. Aparentemente, parece que no consiguieron convencerle; sin embargo, se consiguieron grandes progresos. El sha declaró que le gustaría mucho ver al rey Hussein en la mesa de las conversaciones de El Cairo, pero añadió que «no veo lo que el rey Hussein podría hacer en ellas, ya que no tiene ningún mandato». Por su parte, el monarca jordano manifestó que no dudaría en unirse a las conversaciones si sus manos eran «desatadas» y si estuviera convencido de que podría desempeñar en ellas un papel constructivo.

Cabe preguntarse qué significado tienen estas declaraciones veladas y sibilinas alusiones. Sencillamente uno: en tanto el rey Hussein esté ligado por las resoluciones de la cumbre árabe de Rabat, celebrada en 1974, y que consagró a la Organización para la Liberación de Palestina como «único representante del pueblo palestino», el monarca jordano no tendrá título alguno para negociar el retorno de Cisjordania, que formó parte de su reino entre 1949 y 1967.

¿Podrá el rey Jaled, él solo, desligar a Hussein de esos compromisos? Sin duda, no. Pero... Existe un «pero» que hace que ese «no» sea menos categórico. Al día siguiente de la conferencia de Trípoli, reunida para condenar las iniciativas de paz de Sadat, el presidente egipcio declaró que esta cumbre del «frente del rechazo» «había anulado, prácticamente, las resoluciones de la cumbre de Rabat». Sadat añadió que al unirse la OLP al «frente del rechazo» se había excluido ella misma de las negociaciones, y que había dejado de ser el representante único del pueblo palestino.

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