Cartas al director

Nicaragua y España

Hace algunos días leí en este diario unas declaraciones del sacerdote y poeta nicaragüense Emesto Cardenal. Explica la situación en que se encuentra su pueblo baja la dictadura deSómoza y la intervención que está teniendo el Estado español en el mantenimiento de esta dictadura.

En un momento de la entrevista, Cardenal dice: "Y esta ayuda desprestigia a la mdre patria entre los hombres de Nicaragua, que no comprenden como la llegada democrática puede colaborar con dinero y con armas, con este régimen, que es una dictadura y de las más duras.» Este párrafo me llamó especialmente la atenci...

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Hace algunos días leí en este diario unas declaraciones del sacerdote y poeta nicaragüense Emesto Cardenal. Explica la situación en que se encuentra su pueblo baja la dictadura deSómoza y la intervención que está teniendo el Estado español en el mantenimiento de esta dictadura.

En un momento de la entrevista, Cardenal dice: "Y esta ayuda desprestigia a la mdre patria entre los hombres de Nicaragua, que no comprenden como la llegada democrática puede colaborar con dinero y con armas, con este régimen, que es una dictadura y de las más duras.» Este párrafo me llamó especialmente la atención, y me gustaría hacer. aquí un breve comentario a Emesto Cardenal ya que de otro modo no puedo hacerlo.

Es bien triste lo que él expone, y también que la tan «cacareada»

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cooperación intemacional, en este caso entre España y Nicaragua, se reduzca a dinero y armas para mantener situaciones como la de aquel país. A nosotros también nos

llegan este tipo de ayudas exteriores, por desgracia. Por desgracia

porque nos cuestan caras.

De todas formas, yo creo que el pueblo nicaragüense no debe asociar para nada «Estado español» y «pueblo español», porque ambos están bien alejados. Quiero decir que una cosa son las personas que tienen en sus manos el poder, el dinero, las armas -al fin y al cabo, todo está muy unido-, y otra la gente de la calle, que nada tiene que ver con éstas tres cosas. Aqui en España, todo lo hacen y lo deshacen las mismas personas. Ellos son, seguramente, quienes mandan las armas a Nicaragua, sin

que nosotros, la gran mayoría (ni siquiera), nos enteremos. Porque el pueblo nicaragüense puede estar, seguro de que si esta gran mayoríaa que me estoy refiriendo, y ahora no sé si mal o bien, hablo en nombre de todos esta mayoría, digo, la que no tiene poder y que, por suerte, tampoco tiene armas, pudiera evitado, en aquel país no pasaría lo que está pasando. Lo que ocurre es que a nosotros no se nos pide opinión para tomar decisiones. Ni siquiera cuando se trata de asuntos internos, que nos atañen directamente, mucho menos cuando son problemas a nivel internacional. Porque España, E. Cardenal y pueblo nicaragüense, no es tan democrática como la pintan.

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