El Parlamento israelí aprobó anoche el plan de paz del primer ministro Begin

La Knesset, Parlamento israelí aprobó anoche el plan de paz para Oriente Próximo presentado por el primer ministro Menahem Begin y discutido ya, el lunes y el martes, en la cumbre de Ismailía. Tras un debate que se prolongó durante todo el día, la Knesset aprobó el plan por 64 votos a favor y ocho en contra. Hubo cuarenta abstenciones, la mayoría del Partido Laborista, que, en el curso de los debates, había atacado duramente las propuestas del primer ministro a partir, paradójicamente, de posiciones consideradas hasta ahora como «nacionalistas de derechas».El primer...

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La Knesset, Parlamento israelí aprobó anoche el plan de paz para Oriente Próximo presentado por el primer ministro Menahem Begin y discutido ya, el lunes y el martes, en la cumbre de Ismailía. Tras un debate que se prolongó durante todo el día, la Knesset aprobó el plan por 64 votos a favor y ocho en contra. Hubo cuarenta abstenciones, la mayoría del Partido Laborista, que, en el curso de los debates, había atacado duramente las propuestas del primer ministro a partir, paradójicamente, de posiciones consideradas hasta ahora como «nacionalistas de derechas».El primer orador del bloque laborista, el diputado y ex ministro de defensa Simon Peres, inició su parlamento con elogios dirigidos a Begin y se felicitó por el proceso abierto con las negociaciones entre Egipto e Israel. El ex ministro reprochó, no obstante, al Gobierno de Begin el haber renunciado al control desde El Rish hasta Sharm El Sheik, en el Sinaí.

Simon Peres expresó a continuación su oposición al proyecto de autonomía para los palestinos de Cisjordania y Gaza. «Todo régimen de autonomía -advirtió- conlleva una dinámica que conduce irreversiblemente a la autodeterminación, que nadie podrá detener y que culminar en la formación de un Estado palestino.»

Este argumento fue recogido por numerosos diputados de la oposición y también de la coalición gubernamental. Es aún demasiado pronto para averiguar si esta argumentación logrará convencer a los palestinos de que la autonomía propuesta les conducirá a un Estado palestino, pero los defensores de esta tesis se mostraron excesivamente persuasivos.

El general Dayan, en respuesta a las críticas hechas al plan, resultó todavía más elocuente, aunque despertó menos atención y a menudo fue interrumpido por vigorosas interpelaciones.

Se molestó después de oír al hombre que lanzó el eslogan «prefiero Sharm El Sheik sin la paz que la paz sin Sharm El Sheik» y defendió una política que, precisamente, renuncia a Sharm El Sheik.

A pesar de las reservas formuladas por la mayor parte de los diputados laboristas, sobre todo desde la que se denomina ala derechista del laborismo, esta formación dio libertad de voto a sus miembros lo mismo que el Likud, que permitía también a sus partidarios expresarse en términos libres, fuera de la disciplina del partido.

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El éxito de Begin podría ser tanto más significativo, por cuanto únicamente los diputados de la extrema derecha y los de la extrema izquierda -comunistas- votaron contra el plan de paz gubernamental.

Esto indica también que si -como aquí se afirma- Menahem Begin tiene la intención de conducir la opinión pública israelí hacia la aceptación de su proyecto, ello no va a ser una tarea sencilla.

Oficiosamente se ha sabido que Moshe Dayan ha realizado una visita al sha de Irán para informarle de los resultados de la cumbre egipcio-israelí de Ismailía. Esta explicación, sin embargo, resulta un poco inconsistente. ¿Por qué tanta prisa, que obligó al ministro de Asuntos Exteriores israelí a ausentarse de una importante reunión del Gabinete, en vísperas del debate parlamentario sobre el plan de paz de Begin? ¿No podía el sha de Irán esperar un día o dos? ¿Por qué debía recibir esta información precisamente de Dayan?

Por todas estas razones, los observadores locales se inclinan por considerar que los rumores según los cuales Dayan se habría entrevistado en Teherán con Hussein de Jordania no irían descaminados.

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