Cartas al director

La libertad de enseñanza

A los padres de familia, tan preocupados estos días en defender la libertad de enseñanza se les puede preguntar:¿Quiénes tienen opción a la libertad de enseñanza? ¿Todos los españoles? Naturalmente que no, pues hay en España 8.000 localidades en las que no existe más que un centro de enseñanza: la escuela estatal. ¿Dónde está la libertad de enseñanza de los padres de familia que viven en esas localidades? ¿Es una libertad o es un privilegio?

A estos padres de familia tan preocupados por la libertad de enseñanza les invito a llamar a las cosas por su nombre y dejarnos de palabras tan bie...

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A los padres de familia, tan preocupados estos días en defender la libertad de enseñanza se les puede preguntar:¿Quiénes tienen opción a la libertad de enseñanza? ¿Todos los españoles? Naturalmente que no, pues hay en España 8.000 localidades en las que no existe más que un centro de enseñanza: la escuela estatal. ¿Dónde está la libertad de enseñanza de los padres de familia que viven en esas localidades? ¿Es una libertad o es un privilegio?

A estos padres de familia tan preocupados por la libertad de enseñanza les invito a llamar a las cosas por su nombre y dejarnos de palabras tan biensonantes como libertad de enseñanza para poder elegir el centro de educación para sus hijos que esté de acuerdo con sus creencias y digan enseñanza privada (religiosa en su mayoría) y subvenciones a la misma por parte del Estado.

En buena lógica (la caridad empieza por uno mismo) el Estado debe atender preferentemente a los centros estatales, pues a ellos pueden optar casi todos los españoles, y una vez atendidas las necesidades de los centros estatales, subvencionar a la enseñanza privada.

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¿Es comprensible, acaso, que un centro estatal esté peor dotado que un centro privado subvencionado? Esto es fácilmente demostrable: acudan a uno de esos centros estatales, situados en uno de esos 8.000 pueblos y verán los gimnasios, campos de deportes, bibliotecas, laboratorios, salas de profesores, etcétera, de los que no están dotados. Los centros privados en su mayoría sí tienen estos servicios. Y no sólo en estos aspectos hay contrastes y diferencias, sino, que en lo más fundamental, como es el mobiliario escolar y el material didáctico, destaca lo lujoso, modemo y actual de los centros privados y lo viejo, anticuado y casi inservible de los centros estatales.

Claro que los padres de familia que están en contra del privilegio de enseñanza no son entrevistados por RTVE, ni celebran asambleas, ni mandan telegramas al Senado, por la sencilla razón de que sus salarios (los, que lo tienen) no les da para esas libertades, si no, esos 4.000 telegramas quizá se vieran multiplicados por diez, cien o mil.-

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