Safisfacción política e inquietud económica al término de la visita de Suárez a la Comisión Europea

Españoles y comunitarios cooperarán estrechamente para despejar el terreno que, para antes de fin de 1978, debe permitir a la Comisión Europea presentar su informe, sobre los mecanismos para la negociación de entrada de España al Mercado Común.Tal es el escaso resultado de cuatro horas de estancia del presidente Adolfo Suárez en la sede de la Comisión de las Comunidades Europeas. Cuatro horas que se dividieron entre un almuerzo protocolario. con asistencia del presidente Roy Jenkins, los vicepresidentes Natali, Gundelach y Ortolí y los miembros de la misma comisíón, Brunner y Davignon.

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Españoles y comunitarios cooperarán estrechamente para despejar el terreno que, para antes de fin de 1978, debe permitir a la Comisión Europea presentar su informe, sobre los mecanismos para la negociación de entrada de España al Mercado Común.Tal es el escaso resultado de cuatro horas de estancia del presidente Adolfo Suárez en la sede de la Comisión de las Comunidades Europeas. Cuatro horas que se dividieron entre un almuerzo protocolario. con asistencia del presidente Roy Jenkins, los vicepresidentes Natali, Gundelach y Ortolí y los miembros de la misma comisíón, Brunner y Davignon.

La satisfacción política de la opción del Gobierno español -de caminar hacia Europa no oculta la inquietud económica que origina la petición de adhesión de España al Mercado Común.

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El problema de calendario, tanto de la propia negociación, y de la firma del tratado de adhesión como del período transitorio de adaptación necesaria de la economía española a la comunitaria sigue siendo un misterio.

Un misterio, porque ni españoles ni comunitarios tienen ideas claras de cómo enfocar tan importante dilema. El pase de la CEE de los nueve a la CEE de los doce, en plena época de crisis.

Suárez se interesó por los proyectos de la Comisión, por su informe de La Roche sobre la ampliación. Insistió en que España quiere una negociación «tradicional», sin períodos transitorios previos, como ocurrió durante las negociaciones entre los seis y Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca. Otra cosa será negociar los plazos necesarios para que la economía española pueda soportar el impacto de la integra,ción a la CEE.

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Los comunitarios han sugerido a Suárez que será necesario un esfuerzo de organización interna para coordenar las negociaciones. En una palabra, un mister Europa que a nivel de ministros o de secretario de Estado lleve el peso de las negociaciones.

La visita ha tenido, ante todo, un tono político. Adolfo Suárez llegó a la sede de la Comisión de las Comunidades Europeas (que es el organismo técnico con el que habrá que negociar) con los síes políticos de los primeros responsables de los nueve Estados de la CEE, puesto que no hay que esperar que Luxemburgo, última etapa del periplo, ponga dificultades. Un político presionado por el entusiasmo de una vuelta a la normalidad democrática en España, pero que nos será suficiente para resolver milagrosamentejos múltiples escollos que nos esperan.

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