Grandes lagunas en el informe sobre el secuestro de Schleyer

El tan esperado informe del Gobierno alemán sobre los secuestros de Schleyer y del avión de Lufthansa es «una buena base documental para una novela», según ha comentado un informador de la emisora SWF, pero apenas da respuesta a cuestiones clave.No se consigna, por ejemplo, el tenor de las conversaciones mantenidas por el canciller Schmidt con los Gobiernos de Somalia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente, ni se concreta la actuación de la policía criminal BKA ni la trayectoria de la interminable serie de reuniones a cargo de los dos comités de crisis.

Lo que sí ha que...

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El tan esperado informe del Gobierno alemán sobre los secuestros de Schleyer y del avión de Lufthansa es «una buena base documental para una novela», según ha comentado un informador de la emisora SWF, pero apenas da respuesta a cuestiones clave.No se consigna, por ejemplo, el tenor de las conversaciones mantenidas por el canciller Schmidt con los Gobiernos de Somalia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente, ni se concreta la actuación de la policía criminal BKA ni la trayectoria de la interminable serie de reuniones a cargo de los dos comités de crisis.

Lo que sí ha quedado patente es que desde un principio, Gobierno y la oposición acordaron no ceder en ningún caso a las exigencias de los secuestradores.

A pesar de que la oposición democristiana formaba parte también de las comisiones de crisis, se ha negado ahora a emitir un comentario sobre el contenido del informe, dando a entender que se trata al fin y al cabo de una obra del Gobierno. Un diputado democristiano, antiguo ministro del Interior en Renania-Palatinado, Schwarz, ha acusado al Gobierno de negligencia y ha recalcado que «Schleyer podría vivir aún» si Bonn hubiese asimilado la lección de las muertes de Buback y Ponto, fiscal general y banquero, respectivamente.

El distanciamiento de los últimos días entre oposición y partidos del Gobierno en materia de legislación sobre terrorismo significa, según el vicepresidente de la Democracia Cristiana, Stoltenberg, «una mínima posibilidad de compromiso» entre ambos sectores. La oposición conservadora pide ahora la introducción de doce reformas legales, que en gran medida no aceptan los social-liberales, por lo que tendrían de reducción de los derechos ciudadanos que garantiza la Constitución.

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