Cartas al director

Preservar, los chalets

Esta carta surge como consecuencia, de la noticia difundida en la prensa sobre el peligro que existe de desaparición de los pequeños «chalets» o colonias que existen, en Madrid.Sin entrar en los aspectos técnicos sobre la modificación de la normativa que afecta a estas colonias, creo necesario hacer algunas consideraciones

Contra lo que en principio pueda parecer, el estrato social de las familias que habitan estos «hotelitos» es típicamente medio, es decir, no se trata de familias con elevadas rentas ni de clases acomodadas (lo normal en colonias como las de Somosaguas, parque de Conde...

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Esta carta surge como consecuencia, de la noticia difundida en la prensa sobre el peligro que existe de desaparición de los pequeños «chalets» o colonias que existen, en Madrid.Sin entrar en los aspectos técnicos sobre la modificación de la normativa que afecta a estas colonias, creo necesario hacer algunas consideraciones

Contra lo que en principio pueda parecer, el estrato social de las familias que habitan estos «hotelitos» es típicamente medio, es decir, no se trata de familias con elevadas rentas ni de clases acomodadas (lo normal en colonias como las de Somosaguas, parque de Conde de Orgaz, Mirasierra, El Viso, etcétera), sino de familias compuestas, en su mayor parte, por asalariados, profesionales, etcétera.

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No puede aducirse que la desaparición de estas colonias suponga un aumento de zonas verdes, por cuanto el total de superficie que ocupan es relativamente pequeño, y no solucionaría ese grave problema, toda vez que:

- Es dudoso que esos terrenos fueran para jardines.

- Las infracciones ya cometidas sobre zonas verdes en Madrid dejan en un punto, menos que ridículo, el querer ahora solucionar el problema a costa de los «hotelitos».

En cuanto a la reducción de densidad de las construcciones que supondría, según el señor alcalde, esta modificación de la normativa, supone el ir contra corriente, o si no, cuéntese el número de rascacielos que en la actualidad se construyen en Madrid, con todas las consecuencias sociales, urbanísticas, estéticas, etcétera, que conllevan.Resulta curioso que queden excluidos de la normativa todas aquellas colonias, parques, etcétera (ya aludidos con anterioridad) en los que se dan precisamente los su puestos contrarios a los descritos más arriba: elevada posición social de las familias que los habitan, grandes extensiones de terreno...

¿Y las chabolas? Puesto que, según parece, son medidas tendentes a sanear nuestro espacio urbanístico (?). ¿Acaso no parece más razonable el terminar primero con este tipo de viviendas «unifamiliares» y destinar estos terrenos a viviendas sociales, especios verdes, etcétera?

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