Nota de las empresas editoras

Representantes de las empresas editoras de los diarios madrileños se reunieron en la tarde de ayer y, con relación a la huelga, hicieron pública la siguiente nota:

«Las empresas editoras de los diarios de Madrid -ABC, Diario 16, EL PAIS, Informaciones y Ya- condenaron hace muy pocos días, como en ocasiones anteriores y siempre que resultó amenazada la libertad de expresión, la cobarde acción criminal sufrida por una publicación barcelonesa a manos de quienes aún siguen creyendo en la violencia y el asesinato como razón definitiva de sus argumentos. Hoy, con la misma energí...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Representantes de las empresas editoras de los diarios madrileños se reunieron en la tarde de ayer y, con relación a la huelga, hicieron pública la siguiente nota:

Más información

«Las empresas editoras de los diarios de Madrid -ABC, Diario 16, EL PAIS, Informaciones y Ya- condenaron hace muy pocos días, como en ocasiones anteriores y siempre que resultó amenazada la libertad de expresión, la cobarde acción criminal sufrida por una publicación barcelonesa a manos de quienes aún siguen creyendo en la violencia y el asesinato como razón definitiva de sus argumentos. Hoy, con la misma energía, las empresas que firman este comunicado quieren, terminante, total y unánimemente, condenar un hecho que, lamentablemente, ha constituido un nuevo ataque a esa libertad de expresión a la que se apela: la huelga que como protesta del atentado de Barcelona impidió ayer la salida de los diarios que ellas editan.La misión de la prensa es informar. Romper el vínculo que tiene con sus lectores -esa comunicación, más que necesaria, vital para el hombre de hoy-y enmascarar tal atentado en una supuesta protesta, creemos que debe ser públicamente denunciado. Y decimos supuesta protesta porque hay mil formas de mostrar la recusación del crimen y apoyos mucho más elocuentes, mucho más realistas e, incluso, mucho más útiles para el fin que se quería alcanzar, que imponer en perjuicio de una mayoría -todos nuestros lectores- la decisión de una minoría.

Sin ninguna motivación laboral o de concreta reivindicación económica, los responsables del inesperado y súbito paro no han respetado el derecho a la informa ción. Invocando la libertad de expresión han impedido el ejercicio de dicha libertad. Y hasta un grado que no podemos dejar de subrayar: los quioscos, pletóricos de publica ciones de toda índole, cerraron también, agravándose el castigo a los lectores.

Para que la prensa pueda protestar, lo primero que hace falta es que se publique.

Las empresas editoras de ABC, As, Diario 16, EL PAIS, informaciones y Ya. »

Archivado En