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Ber Lance,

cuya vida como director del Presupuesto norteamericano puede terminar en cuestión de horas debido a presuntas irregularidades financieras de las que ha tenido que rendir cuentas ante el Senado recibe al menos, entre descanso y descanso de la audiencia pública, el consuelo de su esposa, quien de buenas maneras le ayuda a pasar el mal trago....

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cuya vida como director del Presupuesto norteamericano puede terminar en cuestión de horas debido a presuntas irregularidades financieras de las que ha tenido que rendir cuentas ante el Senado recibe al menos, entre descanso y descanso de la audiencia pública, el consuelo de su esposa, quien de buenas maneras le ayuda a pasar el mal trago.

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