Suárez, en París, ante la etapa más difícil de su viaje

Anoche comenzó en París la etapa más dura del viaje del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, por Europa. Las dificultades agrícolas para el ingreso de España en la CEE y la situación preelectoral francesa hacen especialmente difícil esta visita oficial. Suárez almorzará hoy con el presidente de la República francesa, Giscard d'Estaing.El presidente del Gobierno español concluyó ayer tarde su visita oficial a Dinamarca de un día de duración. El presidente español, que mantuvo conversaciones con su colega danés, Anker Joergensen, y, fue invitado de honor en un almuerzo que la reina Margarita ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Anoche comenzó en París la etapa más dura del viaje del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, por Europa. Las dificultades agrícolas para el ingreso de España en la CEE y la situación preelectoral francesa hacen especialmente difícil esta visita oficial. Suárez almorzará hoy con el presidente de la República francesa, Giscard d'Estaing.El presidente del Gobierno español concluyó ayer tarde su visita oficial a Dinamarca de un día de duración. El presidente español, que mantuvo conversaciones con su colega danés, Anker Joergensen, y, fue invitado de honor en un almuerzo que la reina Margarita de Dinamarca ofreció a bordo del yate real, recibió en Copenhague garantías políticas del Gobierno danés en favor de la incorporación de España a las Comunidades Europeas.

La verdad es que Suárez no ha encontrado, hasta el momento, interlocutores políticos «en plenas facultades». En Holanda fue recibido por un primer ministro dimisionario que no consigue formar Gobierno, y en Dinamarca llega en plena crisis: el pasado lunes se anunció la devaluación de la corona danesa en un 5%, y hoy el Parlamento abre un debate en el que puede caer el Gobierno minoritario de Anker Joergensen, porque los partidos políticos que lo sostenían desde fuera piden responsabilidades directas en el Gobierno.

Y es en este marco político similar al holandés donde Suárez y su comitiva desarrollaron la segunda etapa de su periplo europeo, que, dicho sea de paso, empieza a nadar en medio de una cierta confusión que engloba a la opinión pública europea y española, y que preocupa seriamente al presidente, al ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y a los embajadores que lo acompañan. Me estoy refiriendo al objetivo del viaje y a los resultados que se obtienen.

Pasa a la página 3

Suárez no encontró hasta ahora interlocutores en situación política estable

(Viene de primera página)

El presidente, que informa puntualmente por teléfono al rey Juan Carlos de la marcha de su gira europea, no ocultó ayer su sorpresa por los titulares de una crónica aparecida en Madrid, y su malestar por alguna información o comentarios editoriales sobre el viaje. Concretamente Suárez afirmó que «Holanda no condiciono, en ningún momento, su apoyo político a España en su acercamiento a la CEE hasta que no quede redactada la nueva Constitución, española.» Ello es, en gran parte, mayoritariamente cierto, y uno comprende la preocupación del presidente porque hasta ahora, en Holanda, y ayer en Dinamarca, las declaraciones gubernamentales de ambos países sólo incluyen este apartado, lo que supone que dicho apoyo es el único resultado -bien pobre, por cierto-, de la gira europea de Suárez.

Holanda dijo amen al «sí.» político en La Haya. Y lo dijo sin reparos porque con las elecciones del 15 de junio, y no con esta gira, se acabó «de facto» todo veto político a la entrada de España en la Comunidad, viniera del país que viniera. Además, este «sí» protocolario y de buena voluntad nip compromete en nada al Gobierno holandés o al danés, porque quedan muchos años de negociación y de espera de por medio, y si la Constitución no resulta democrática -ante los ojos europeos, bien se pueden suspender las negociaciones de adhesión, como se hizo con Grecia tras el golpe de Estado de los coroneles. Lo que sí hay cierto es que medios políticos holandeses se quejaron de que España presentará la candidatura antes de tener la Constitución, lo que no hicieron Portugal ni Grecia. Pero a lo hecho, pecho, y los Parlamentos de Holanda y Dinamarca, consultados por sus respectivos premiers, en crisis de Gobierno, dijeron «sí», y ahí queda eso.

Ahora, ni Holanda el lunes ni Dinamarca el martes quisieron decir que lucharían contra los impedimentos reales para el ingreso de España en la CEE: agricultura, mano de obra y la reforma institucional europea. Más bien, al contrario, hicieron hincapié en que «ántes del ingreso, estos problemas deberán quedar solucionados, lo que significa confirmar que el tema queda más o menos relegado a las calendas griegas. Así lo afirmó Knud Andersen, jefe de la diplomacia danesa, quien insístió en la prioridad de los temas agrícolas e institucionales antes de toda ampliación de la CEE. A la vez que prometía apoyo político. Andersen tampoco dio esperanzas para los problemas pesqueros hispanos «Esta es cuestión difícil que tenemos que tratar a nueve», dijo y luego, en charla amable con la prensa hispana, recordó que Joergensen y Suárez hablaron de Oriente Próximo, de América Latina, del Mediterráneo, de la posibilidad de una ,concertación política bilateral Copenhague-Madrid, que no existía, y de la posibilidad, también, de la negociación de un acuerdo cultural entre ambos países, que tampoco existía por motivos políticos y que, por ahora, no está ni empezado.

Declaraciones del presidente Suárez

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, celebró una conferencia de prensa en la residencia del embajador de España en Copenhague, José Manuel de Abaroa, en la que más que las cuestiones comunitarias Suárez se vio obligado a tratar temas internos españoles. Así, el presidente declaró que Dinamarca dio apoyo político a España y en respuesta a la pregunta de ¿es esta la integración que las fuerzas políticas hispanas quieren?, Suárez añadió que no creía que «las negociaciones de adhesión nos lleven a estar en la puerta de la CEE sine die, y que al Parlamento le tocará pronunciarse sobre el resultado de dichas negociaciones. Asimismo, añadió-que no veía la necesidad de «celebrar un referéndum de consulta al. pueblo español sobre el ingreso hispano en la CEE. Me basta con la posición favorable de los partidos políticos», dijo Suárez.

La OTAN

Otro de los temas surgidos fueron las relaciones atlánticas hispanas. Suárez dijo que consultaría al Parlamento antes de todo acercamiento de España a la OTAN, igual que lo haría sobre la posibilidad de renovar los acuerdos con Estados Unidos, una vez que éstos concluyan en 1981 los compromisos actualmente contraídos entre ambos países. Suárez, en el ámbito de la política internacional, indicó que España continúa apoyando la autodeterminación del pueblo saharaui, sin mencionar al Polisarío, y negó la existencia de un acuerdo. que permita a España disfrutar de beneficios de la explotación de fosfatos en el Sahara. También declaró que España es partidaria de mantener relaciones diplomáticas con Israel cuando se desbloquee la situación en Oriente Próximo, recordando la idea de que España aprobó y sostiene la resolución 242 de las Naciones Unidas.

Por último, el presidente recibió a una delegación de emigrantes que pidieron seguridad social, voto en las municipales y facilidades de regreso a España. Afirmó que la UCD no tiene la intención «de crear un sindicato propio para enfrentarse en el otoño a las reivindicaciones de otras fuerzas políticas en materia económica y social, pero que no se opondrá a esta iniciativa si parte de la propia base de UCD».

A Malta

La noticia anecdótica de la jornada fue la confirmación, por el propio Suárez,de que extenderá su viaje, desde Roma, a Malta el viernes y sábado próximos. Suárez afirmó que será para continuar con Dom Mintoff las conversaciones sobre el Mediterráneo que iniciaron en Madrid. «Decidimos la fecha de este fin de semana, durante este viaje», concluyó el presidente que, en la noche de ayer, llegó a París para continuar hoy sus conversaciones europeas con el presidente Giscard d'Estaing y el primer ministro Raymond Barre.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En