Cubierta la cúspide de la cadena de mando militar en los tres Ejércitos

Los nombramientos militares acordados en el Consejo de Ministros del sábado y que publicó, ayer lunes, el Boletín Oficial configuran la estructura fundamental del nuevo Departamento de Defensa y perfilan -en el orden personal- la nueva política militar que ha de emprenderse desde el Ministerio.

El nombramiento de mayor importancia -por su rango- y de mayor significación es, sin duda, el de presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, que es, al mismo tiempo, jefe del Alto Estado Mayor, y que recae en el teniente general del Ejército del Aire Felipe Galarza Sánchez.La Junta de Jefes ...

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Los nombramientos militares acordados en el Consejo de Ministros del sábado y que publicó, ayer lunes, el Boletín Oficial configuran la estructura fundamental del nuevo Departamento de Defensa y perfilan -en el orden personal- la nueva política militar que ha de emprenderse desde el Ministerio.

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El nombramiento de mayor importancia -por su rango- y de mayor significación es, sin duda, el de presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, que es, al mismo tiempo, jefe del Alto Estado Mayor, y que recae en el teniente general del Ejército del Aire Felipe Galarza Sánchez.La Junta de Jefes de Estado Mayor fue creada por decreto-ley de 8 de febrero pasado, y constituye una pieza clave de la nueva política militar.

Está constituida por los tres jefes de Estado Mayor de cada uno de los tres Ejércitos, y un presidente, y «bajo la dependencia política del presidente del Gobierno, constituye el órgano colegiado superior de la cadena de mando militar de los Ejércitos».

El preámbulo del decreto-ley señalaba que una vez instituidas las figuras de los tres jefes de Estado Mayor para cada uno de los Ejércitos, de Tierra, Mar y Aire «Como primeras autoridades de las respectivas cadenas de mando militar, es necesario configurar el órgano superior de mando militar conjunto (el subrayado es nuestro) que, bajo el mando supremo de Su Majestad el Rey, garantice la integración de los tres Ejércitos en la consecución del objetivo común».

Hay, por tanto, dos objetivos fundamentales en la creación de esta Junta: posibilitar la unidad de acción, a través de un mando militar conjunto y consagrar la separación de la línea de mando militar de la político-administrativa. Era, pues, un presupuesto necesario para la creación del Ministerio de Defensa único, que sustituyera a los tres ministerios militares y que, ya entonces, se veía como objetivo inmediato.

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De acuerdo con el decreto de fundación, el presidente de la Junta, en este caso el teniente general Galarza, pasa a tener un estatus singular dentro de los tres Ejércitos. Mientras ejerza su cargo -en el que cesará por pasar a la escala B, por dimisión o por cese a propuesta del presidente del Gobierno- «será considerado como el más antiguo de las escalas del Ejército, Armada y Aire».

Su nombramiento se hace a propuesta del presidente del Gobierno y, una vez que cese «no podrá desempeñar otro cargo militar que esté subordinado a la Junta de Jefes de Estado Mayor, ni a ninguno de sus componentes».

Estamos, pues, ante la figura de mayor rango en el ámbito estrictamente militar, junto con los tres jefes de Estado Mayor que integran la Junta.

El cargo estaba vacante desde el fallecimiento del teniente general Fernández Vallespín -el 28 de abril último- que era el jefe del Alto Estado Mayor y fue nombrado presidente de la Junta dos días después de crearse. Se quiso, sin duda, contar con la existencia del Ministerio de Defensa para recomponer en sus más altos cargos la pirámide de ,nombramientos militares.

Que el cargo haya recaído en un teniente general del Ejército del Aire puede tener una doble significación: el alto grado de preparación profesional del teniente general Galarza y una posible corrección en los planteamientos presupuestarios militares. España es uno de los pocos países -sino el único- que destina mayor presupuesto al Ejército de Tierra que al del Aire y a la Armada. El 57 % de nuestros gastos de defensa están destinados al Ejército de Tierra.

Evidentemente, no sería sólo este dato suficiente para explicar el nombramiento, pero si la corrección se llevase a cabo, ello supondría importantes variaciones en la política militar que pueda ponerse en marcha y reestructuraciones de gran entidad en los planteamientos de los tres Ejércitos para adecuar las posibilidades económicas a los objetivos que se propongan.

Tres Secretarías Generales

Queda ahora el Ministerio de Defensa como diseñador inmediato de la política militar que se adopte, perfectamente separado de la línea de mando y con una estructura semejante a la de los demás ministerios: un único subsecretario -el vicealmirante Luis Arévalo- y tres secretarías generales, de Tierra, Mar y Aire.Con ello, parece difuminarse la presencia político-administrativa de cada una de las armas y se refuerza el sentido de unidad para la política de defensa. Los problemas militares tienen ya su tratamiento específico y potenciado en los respectivos Estados Mayores y en la cúspide de la Junta de Jefes de Estado Mayor, todos ellos encargados de llevar adelante la política que señale el Gobierno y de la que el Ministerio de Defensa será principal artífice y promotor.

Por lo que respecta a las jefaturas de los Estados Mayores hay que añadir que Tierra y Armada conservan sus mismos titulares, el teniente general Vega Rodriguez y almirante Carlos Buigas, respectivamente. El Ejército del Aire cuenta con un nuevo jefe de Estado Mayor, el teniente general -ha ascendido automáticamente con su nombramiento- Ignacio Alfaro Arregui, hasta ahora general de división y segundo jefe del Estado Mayor.

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