La izquierda francesa rompe con los movimientos ecologistas

Los partidos y sindicatos de izquierdas franceses se han dado de bruces contra uno de los problemas más sensibles de los tiempos presentes: el átomo, Ayer, el sindicato más importante del país, la CGT, de tendencia comunista, hizo pública su política nuclear rompiendo de manera inequívoca con los movimientos ecologistas. La semana pasada, en un tono más comedido, la segunda central con más fuerza, la CFDT, socialista autogestionaria, tomó sus distancias respecto de los mismos movimientos. El Partido Socialista se pronunciará próximamente, y los comunistas ya lo han hecho en el mismo sentid...

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Los partidos y sindicatos de izquierdas franceses se han dado de bruces contra uno de los problemas más sensibles de los tiempos presentes: el átomo, Ayer, el sindicato más importante del país, la CGT, de tendencia comunista, hizo pública su política nuclear rompiendo de manera inequívoca con los movimientos ecologistas. La semana pasada, en un tono más comedido, la segunda central con más fuerza, la CFDT, socialista autogestionaria, tomó sus distancias respecto de los mismos movimientos. El Partido Socialista se pronunciará próximamente, y los comunistas ya lo han hecho en el mismo sentido que la CGT. Entretanto, para los días 30 y 31 de este mes se prepara una manifestación internacional ecologista, en Creys-Malville (Isere), donde se va a construir un sobrerregenerador.

En otras circunstancias y por razones diferentes, a la izquierda francesa le está ocurriendo con los ecologistas lo que le sucedió en mayo de 1968 con los izquierdistas: que se les escapan.

Frente a la política oficial, consistente en «la energía nuclear a toda costa», y a la oposición radical de los ecologistas, la izquierda ha venido practicando el titubeo. La primera consecuencia de esta actitud se observó en marzo último, a la hora de las elecciones municipales: los ecologistas obtuvieron un promedio del 8 % de votantes en todo el país.

Desde entonces, como ha ocurrido en Alemania Federal y en Estados Unidos, el impacto de los movimientos ecologistas no ha hecho más que extenderse. Ya nadie duda de que la energía nuclear, igual que las nacionalizaciones que propone el, «programa común» estarán. en el centro del debate durante los comicios legislativos de marzo del 78.

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