Trágicas inundaciones en el suroeste francés

Ayer se contaban ya, oficialmente, diecinueve muertos y once desaparecidos, tras las dramáticas tormentas que el sábado y el domingo inundaron totalmente una parte de tres regiones de suroeste francés: «alto Garona, Gers y Lot et Garona». Según varios testigos, las cifras ya citadas habría que cuadruplicarlas. Los destrozos materiales son incalculables y en algunos pueblos las inundaciones favorecieron el pillaje.

«Si las crecidas, declaró ayer un vecino de Ausch, se hubiesen producido en plena noche, la hecatombe sería total. En diez minutos, el nivel del agua subió hasta el primer...

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Ayer se contaban ya, oficialmente, diecinueve muertos y once desaparecidos, tras las dramáticas tormentas que el sábado y el domingo inundaron totalmente una parte de tres regiones de suroeste francés: «alto Garona, Gers y Lot et Garona». Según varios testigos, las cifras ya citadas habría que cuadruplicarlas. Los destrozos materiales son incalculables y en algunos pueblos las inundaciones favorecieron el pillaje.

«Si las crecidas, declaró ayer un vecino de Ausch, se hubiesen producido en plena noche, la hecatombe sería total. En diez minutos, el nivel del agua subió hasta el primer piso de las casas y, de todas maneras, estoy seguro que en los días próximos se van a encontrar muertos por todas partes». Desde ayer, el nivel del agua empezó a bajar, aunque las previsiones de la meteorología francesa anuncian nuevas tormentas. Los estragos materiales son inmensos. La mitad de la villa de Auch quedó completamente sumergida bajo las aguas incontenibles del Gers que, en pocas horas, alcanzó una altura de 7,80 metros por encima de su nivel normal. Centenares de casas fueron destruidas y las vías férreas, los puentes y vehículos de toda especie arrastrados; las cosechas de vino, trigo y tabaco en esta región se estimaba ayer que han quedado reducidas a un tercio en el mejor de los casos. Algunos informes llegaron a cifrar en 5.000 las familias que han perdido todos o gran parte de sus bienes.

Cuando el primer ministro, Raymond Barre, anunció el lunes que ya había solicitado un crédito de un millón de francos (catorce millones de pesetas) para afrontar las primeras necesidades de urgencia, uno de los alcaldes de la región, calificó de «broma» la iniciativa oficial: «El más modesto comerciante, estimó, ha perdido más».

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