La derecha catalanista y la Generalitat

« Lo admirable de la nueva situación es que la izquierda ofrece a la derecha catalanista un puesto colaborante en una lucha autonomista que, históricamente, ha cambiado de grupo hegemónico pero que, por eso mismo, no puede ni quiere prescindir de toda la fuerza positiva de esa derecha, tan necesaria para la consolidación en Catalunya. Por eso ne tiene explicación -olvidemos el despecho pueril- acusar a la izquierda de haber pactado con el Gobierno una simple mancon, unidad administrativa. No es cierto. Lo pactado es claramente la Generalitat Política. La nota oficial que refleja tal pacto es i...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

« Lo admirable de la nueva situación es que la izquierda ofrece a la derecha catalanista un puesto colaborante en una lucha autonomista que, históricamente, ha cambiado de grupo hegemónico pero que, por eso mismo, no puede ni quiere prescindir de toda la fuerza positiva de esa derecha, tan necesaria para la consolidación en Catalunya. Por eso ne tiene explicación -olvidemos el despecho pueril- acusar a la izquierda de haber pactado con el Gobierno una simple mancon, unidad administrativa. No es cierto. Lo pactado es claramente la Generalitat Política. La nota oficial que refleja tal pacto es inequívoca cuando habla de la creación de una institución territorial de todo el ámbito catalán que, por definición legal, excluye toda mancomunidad sectorial de servicios propios de las Diputaciones. Pero, insisto, ¿cómo la derecha no está ahora de acuerdo con algo que, según ella, es lo que se ha pactado y que, según ella ha demostrado históricamente, es lo máximo que ha pretendido siempre?No encuentro otra razón que esta: precisamente porque ha vencido la izquierda, la autonomía política es más peligrosa que nunca. Un Parlamento catalán que produzca un Gobierno de izquierdas en Catalunya amenaza (según esa derecha, no según la izquierda) unos intereses muy concretos o, en todo caso, una pretendida y obsesionada hegemonía que las urnas han rechazado. Nada más fácil, pues, que repetir la historia de encontrar «muy poca cosa» lo que se hubiera aceptado de haber ganado. Nada más sencillo que confundir lo que han logrado otros -si no son traicionados por éstos o por aquéllos-, es decir, la Generalitat, con lo que, en el fondo, se ha deseado siempre, o sea, la Mancomunidad. Y nada más tentador que boicotear de ese modo lo primero para que se acabe imponiendo lo segundo.»

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En