Gobierno de centro-derecha en Irlanda
El nuevo primer ministro irlandés, Jack Lynch, se hizo ayer cargo del Gobierno después de su victoria electoral del mes pasado y nombre un Gabinete de centro-derecha con el que espera resolver la crisis económica de su país.El puesto de ministro de Asuntos Exteriores ha sido para Michael O'Kennedy, un experto en Europa que respecto de la ampliación de la CEE mantiene la misma posición de apertura que su predecesor, el doctor Garret Fitzgerald, ahora líder de la oposición en el Parlamento irlandés. Fitzgerald fue siempre favorable a la extensión comunitaria, sobre todo hacia España.
Los ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El nuevo primer ministro irlandés, Jack Lynch, se hizo ayer cargo del Gobierno después de su victoria electoral del mes pasado y nombre un Gabinete de centro-derecha con el que espera resolver la crisis económica de su país.El puesto de ministro de Asuntos Exteriores ha sido para Michael O'Kennedy, un experto en Europa que respecto de la ampliación de la CEE mantiene la misma posición de apertura que su predecesor, el doctor Garret Fitzgerald, ahora líder de la oposición en el Parlamento irlandés. Fitzgerald fue siempre favorable a la extensión comunitaria, sobre todo hacia España.
Los cargos claves del Gabinete han ido a hombres profundamente leales a Lynch. El vicéprimer ministro es un antiguo consejero suyo, G. Colley, que también desempeñará la cartera de Hacienda. Aún más importante es la creación de un Ministerio de Planificación Económica. Su responsable va a ser O'Donoghue, un profesor de 41 años que durante los últimos siete años ha sido consejero especial del ahora jefe de Gobierno. La importancia de este Ministerio fue subrayada por Lynch ayer, al nombrarlo el primero en su anuncio ante el Parlamento.
La nueva Administración intentará estimulara la empresa privada para aumentar el índice de inversión y crear empleo sin tener que incrementar el gasto público, algo que no pudo evitar la coalición derrotada en las últimas elecciones.
También tratará de equilibrar la inflación, cercana ahora a un 20%.
El nuevo Gobierno irlandés tiene una mayoría de veinte escaños en el Parlamento, un hecho sin precedentes en Irlanda. Lynch dispone de margen para legislar con comodidad. El Gabinete anterior padeció sus crisis políticas más graves cuando quiso introducir una legislación hostil a los católicosrepublicanos del IRA. En el Gabinete de Lynch hay un ministro, Haughey, conocido por sus simpatías por aquel ejército ilegal. Pero ha conseguido una cartera sin relevancia política y no se espera que la actitud del nuevo Gobierno irlandés con respecto al Ulster cambie en relación con la que mantenía la anterior coalición del Fine Gael y el Partido Laborista.
De hecho, Jack Lynch, que es un republicano moderado y conciliador, va a declararse personalmente responsable de las relaciones angloirlandeses sobre el conflicto de Irlanda del Norte, una cuestión que tradicionalmente estaba en manos del ministro de Asuntos Exteriores.
O'Kennedy, el nuevo titular de Exteriores, es un hombre de 41 años, abogado, con una buena reputación en la esfera de la que va a ser responsable y considerado en Irlanda como uno de los políticos más trabajadores del Fianna Fail, el partido gobernante.
En general, en el nuevo Gabinete de Irlanda, Jack Lynch quiso incluir la experiencia y la lealtad de los qué durante los últimos cuatro años le han ayudado en oposición.
En ese sentido, la composición del Gabinete no supone ninguna sorpresa y sólo indica que en el sector económico va a aplicarse una política conservadora en la que cifra Lynch su supervivencia en un período crífico de la historia del Eire, cuando cerca de medio millón de personas jóvenes se hallan sin trabajo y con escasas perspectivas de obtenerlo.