La CEE puede dividirse en países "ricos" y "pobres"

Las reservas que el canciller alemán Helmut Schmidt mostró en Londres acerca de las implicaciones de una posible ampliación comunitaria han sido recogidas en Gran Bretaña como una indicación más de las dificultades que va a poner la CEE para admitir nuevos miembros.

Aunque las preocupaciones de Schmidt sobre los efectos que la ampliación tendría sobre la ya larga población emigrante de Alemania eran conocidas, fue en la última cumbre de jefes de Gobierno de la CEE cuando resultó más explícita.

Un millón seiscientos mil de los cuatro millones y medio de emigrantes que trabajan...

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Las reservas que el canciller alemán Helmut Schmidt mostró en Londres acerca de las implicaciones de una posible ampliación comunitaria han sido recogidas en Gran Bretaña como una indicación más de las dificultades que va a poner la CEE para admitir nuevos miembros.

Aunque las preocupaciones de Schmidt sobre los efectos que la ampliación tendría sobre la ya larga población emigrante de Alemania eran conocidas, fue en la última cumbre de jefes de Gobierno de la CEE cuando resultó más explícita.

Un millón seiscientos mil de los cuatro millones y medio de emigrantes que trabajan en la CEE están concentrados en la República Federal de Alemania (RFA). De ellos, la mayoría son turcos, españoles, griegos y portugueses. La integración de España, Portugal y Grecia en la CEE obligaría a una apertura aún mayor del mercado laboral, a consecuencia de las normas sobre libre movimiento dentro de las fronteras comunitarias.

Para salvar ese problema parece que Schmidt propuso en Londres «un largo período de transición», para adaptar los posibles nuevos miembros. Durante tal período habría de hecho «dos comunidades», una de los pobres que entran y otra de los ricos que compartan la tesis alemana. Habría una especie de miembros de segunda clase que de hecho sólo tendrían el nombre de «países comunitarios ».

La posibilidad de una división tácita entre pobres y ricos no va a ser nada atractiva para los que se proponen la integración en la CEE como un objetivo político inmediato, decía ayer al Financial Times, de Londres. En la cumbre de jefes de Gobierno de la Comunidad, que terminó anteayer en la capital británica, no hubo decisión alguna sobre el problema que planteó Schmidt, y, sobre todo, no hubo ninguna referencia a una estrategia global para resolverlo.

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