El fracaso de la Norte-Sur puede unificar los precios petrolíferos

Existe la impresion generalizada de que, tras la celebración de la conferencia Norte-Sur en Londres, Arabia Saudita puede elevar el precio del petróleo producido en sus pozos al nivel del de los restantes países de la OPEP. La información ha sido difundida por el prestigioso boletín petrolífero de Próximo Oriente Mees.Esta posible elevación del precio del crudo saudita pondría fin a la guerra de precios del petróleo, desencadenada tras la conferencia de la OPEP, en Qatar, el mes de diciembre del pasado año. En aquella ocasión, todos los países de la OPEP, con excepción de Arabia Saudita...

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Existe la impresion generalizada de que, tras la celebración de la conferencia Norte-Sur en Londres, Arabia Saudita puede elevar el precio del petróleo producido en sus pozos al nivel del de los restantes países de la OPEP. La información ha sido difundida por el prestigioso boletín petrolífero de Próximo Oriente Mees.Esta posible elevación del precio del crudo saudita pondría fin a la guerra de precios del petróleo, desencadenada tras la conferencia de la OPEP, en Qatar, el mes de diciembre del pasado año. En aquella ocasión, todos los países de la OPEP, con excepción de Arabia Saudita y los emiratos árabes, decidieron aplicar un incremento del 10% al precio del crudo, a partir de enero, y otro del 5% a partir del 1 de julio próximo. Ante esta duplicidad de precios, los países exportadores han realizado numerosos esfuerzos para unificar el coste del petróleo en los mercados internacionales.

La postura saudita, al determinar una elevación menos sustancial que la de los restantes productores, se justificó en base al progreso obtenido en las conversaciones Norte-Sur, según afirmaciones de sus gobernantes, pero el reciente fracaso de las reuniones de Londres se cree pueda provocar un cambio de postura en los dirigentes sauditas.

Los intentos para unificar los precios del crudo se han centrado siempre en lograr que Arabia Saudita elevara en otro 5 % el precio de su petróleo, para colocarlo al nivel de los otros productores; éstos, a cambio, mantendrían sus actuales precios hasta el fin de 1977. Los esfuerzos en este sentido, protagonizados por el emir de Kuwait y el presidente de Venezuela principalmente, no llegaron a traducirse en resultados positivos, en buena parte por la inquebrantable decisión saudita, secundada en todo momento por sus aliados: los emiratos del golfo Pérsico. Por otra parte, la decisión saudita de incrementar la producción de sus pozos, hasta los once millones de barriles anuales, acrecentó las tensiones en el seno de la OPEP, la mayoría de cuyos miembros se han mostrado partidarios últimamente de reducir la producción, en un intento de perpetuar las reservas con que cuentan.

El retorno a la estructura única de precios en el comercio de los crudos en el seno de la OPEP será, sin duda, el tema de conflicto más importante en la próxima reunión de la Organización, programada para el 12 de julio, en Estocolmo. La mayoría de los países productores son partidarios de ese retorno, pero las posturas no parecen haber variado excesivamente desde Qatar, cuando la posición moderada de los sauditas se opuso radicalmente a los extremismos patrocinados sobre todo por el sha del Irán, que pretendía llevar a cabo aumentos de hasta el 30 % en los precios.

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