Compromiso político para el acuerdo entre la CEE y España

Solución política y diplomática en materia de adaptación del acuerdo España- CEE de 1970. A iniciativa española se para el reloj y se acepta la extensión autónoma, a partir del 1 de julio, de las medidas tarifarias y contingentarias que comporta el acuerdo de octubre de 1970. Se deja para más tarde la negociación de una extensión del acuerdo; concretamente para otoño, cuando España cuente con un acta de candidatura oficial para la entrada en el Mercado Común, sobre la mesa de negociaciones.

« España ha ofrecido lo que parecía que podía ser la solución para salir del punto muerto, sin co...

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Solución política y diplomática en materia de adaptación del acuerdo España- CEE de 1970. A iniciativa española se para el reloj y se acepta la extensión autónoma, a partir del 1 de julio, de las medidas tarifarias y contingentarias que comporta el acuerdo de octubre de 1970. Se deja para más tarde la negociación de una extensión del acuerdo; concretamente para otoño, cuando España cuente con un acta de candidatura oficial para la entrada en el Mercado Común, sobre la mesa de negociaciones.

« España ha ofrecido lo que parecía que podía ser la solución para salir del punto muerto, sin comprometer una extensión formal para acuerdo de 1970» declaró Raimundo Bassols, embajador de España ante la CEE, al término de la rápida reunión hispano-comunitaria.Madrid ha aceptado, en realidad, la tesis comunitaria de adaptar el acuerdo en dos etapas. Lo único que ha salvado es el formalismo jurídico ya que la extensión será autónoma y provisional y cada parte podría denunciarla. El Gobierno español, consciente de la limitación temporal de su mandato, ha querido ganar tiempo.

«Un elemento nuevo, de capital importancia, modifica sustancialmente las perspectivas de solución. España estudia la presentación próxima de su demanda de adhesión», dijo Bassols a la delegación comunitaria, dirigida por Roland de Kergolay, director general de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea y responsable del Comité Autoservicios que coordina la eventual ampliación de la CEE con las candidaturas de Grecia, Portugal y, como dijo Bassols, próximamente España.

¿Cómo se salvará la fecha límite del 1 de julio, fecha tope para la que los nueve exigían una normalización de las relaciones comerciales con España?

Habrá un intercambio de notas o cartas entre Madrid y Bruselas, exponiendo los compromisos prácticos de la extensión de las normas tarifarias y de cupos del acuerdo de 1970. Lo que hasta ahora era válido entre España y la CEE de los seis lo será a partir del 1 de julio entre España y los nueve.

A partir del 1 de julio, España aplicará a los tres últimos miembros adheridos a la CEE. Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, las concesiones tarifarias del acuerdo de 1970.

Por su parte, los tres nuevos miembros harán lo propio en relación con España.

Los problemas de orden técnico. como la extensión de contingentes, previstos en la lista D, serán negociados antes de mediados de junio, a nivel de expertos.

En agricultura España seguirá beneficiándose del statu quo de su comercio con Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, hasta el 31 de diciembre.

Raimundo Bassols declaró a EL PAÍS que esperaba resolver la totalidad del problema antes del 15 de junio, es decir, antes de las elecciones legislativas españolas.

Teniendo en cuenta los imperativos políticos (elecciones, vacío político en Madrid para ocuparse en serio de los asuntos comunitarios, cambio de óptica del problema, con un Gobierno democrático que pueda plantear la adhesión), la solución negociada por Bassols no es mala. Deja, por lo menos, las manos libres al futuro Gobierno democrático para ir al fondo del asunto: la adhesión, sin condicionantes previos. Por el contrario hay que reconocer que la Administración española acepta, finalmente, la tesis comunitaria y extiende la aplicación del acuerdo, aunque sólo sea informalmente, sin haber obtenido ni una sola nueva concesión agrícola.

Es, en cierto modo, el último fracaso de una Administración que nunca, hasta hace poco, quiso reconocer públicamente tos condicionantes políticos de la temática España-CEE y que es, precisamente, por motivos políticos que debe realizar sus últimos malabarismos diplomáticos.

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