Tribuna:

Más que un club

Agustín Montal,que se ha proclamado más de una vez patidario de la democracia balompédica, tiene la buena costumbre de consultar de vez en cuando con una parte de los socios. El miércoles celebró asamblea y del resultado de la misma puede colegirse, una vez más, que el Barça, guste o no, es más que un club.La asamblea barcelonista puso especial énfasis en dos temas; el de la autonomía de Cataluña y el de la creación de una fundación destinada a proteger y fomentar la cultura catalana. Montal, probablemente, maneja mejor la aguja de marear en los temas políticos que en los deportivos, y quizá p...

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Agustín Montal,que se ha proclamado más de una vez patidario de la democracia balompédica, tiene la buena costumbre de consultar de vez en cuando con una parte de los socios. El miércoles celebró asamblea y del resultado de la misma puede colegirse, una vez más, que el Barça, guste o no, es más que un club.La asamblea barcelonista puso especial énfasis en dos temas; el de la autonomía de Cataluña y el de la creación de una fundación destinada a proteger y fomentar la cultura catalana. Montal, probablemente, maneja mejor la aguja de marear en los temas políticos que en los deportivos, y quizá por eso en los temas que configuran la actualidad catalanista suele salir bien parado.

El Barcelona, como club deportivo, se ha manifestado en favor de la autonomía de Cataluña. El estatuto es también un deseo de esta entidad deportiva. Un buen gol para anotar en la cuenta del montalismo.

El Barça está plenamente enraizado en Cataluña y su significación va más allá del espacio puramente deportivo, y sería estúpido estar en contra de la politización de un club, en un país en el que ha sido difícil practicar el deporte con absoluta asepsia.

Lo que quizá sería conveniente es que, desde la propia Masía se considerarán con menos virulencia los reveses futbolísticos, porque está comprobado que los resultados no son siempre el máximo ideal de la entidad. En lo que sí debe insistir Montal es en el tema de las elecciones presidenciales. Hay que luchar contra quienes se oponen a la democracia en cualquiera de sus manifestaciones.

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